Lo último, como emprendedor, que uno desea descubrir es que su visión de futuro está ya anticuada. Es importante que tengamos presente que las prácticas empresariales de éxito hoy, seguramente no serán válidas mañana. Si esperamos a que algo se rompa para luego actuar, puede que sea demasiado tarde. Debemos aceptar el cambio como un fenómeno permanente y aprender a vivir con él.
Para orientarnos en el vértigo de los cambios, tenemos que desarrollar los siguientes hábitos:

– Tener muy presente que ningún puesto en las empresas puede considerarse perpetuo. Por ello, tenemos que adoptar una actitud pro activa en la gestión de carrera, siendo la empresa la que debe ofrecer las oportunidades.

– Ser consistente y apostar por el medio plazo, porque las organizaciones deben atraer y retener a ejecutivos estrellas y no a cometas, ya que el talento ejecutivo cada vez será más escaso a medida que aumenta el número de empresas en un mercado global.
– Gestionar el cambio con ritmo sostenido, donde la imaginación, la innovación, la flexibilidad, la percepción que los clientes tengan de la empresa y la dimensión social son algunas de las ventajas competitivas que se debe fomentar.
– Actuar como si cada día fuese el primer día y no cegarse por los éxitos de ayer. Que el éxito no se te suba a la cabeza ni que el fracaso se aloje en tu corazón. No dejes que que una derrota te derrote ni que el éxito te venza.

- Asegurar que se comparte el compromiso de toda alta dirección, que debe ser claro, visible y apasionado, teniendo que asumir un rol de entrenador y de ayudante.

Gestiona el cambio, y Ponte en Marcha!
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