
Todos tenemos vida privada y vida profesional. El tiempo de ocio lo necesitamos para los amigos, el descanso, las aficiones. Es ahí donde se desarrolla el mundo de las emociones, las ilusiones, los proyectos, la creatividad y la vida familiar. Cuando se rompe el equilibrio entre el ámbito privado y el laboral, el trabajador tiene conflictos y los genera en la empresa y en la sociedad. Las pérdidas de negocio por bajas laborales causadas por el estrés, el absentismo laboral, la falta de motivación, el bajo rendimiento, "el estar sin estar porque se está en otra parte", son datos cuantificables que inciden en la productividad y los beneficios.

Ciertamente, la vida familiar sufre -y mucho- por el estrés producido por jornadas laborales de cincuenta horas, viajes, promociones y ascensos que llevan a un compromiso profesional prácticamente incompatible con un espacio mínimo para la vida privada. Hasta el deporte y el ocio se acaban transformando en relación social para el negocio.

La gestión del tiempo. El estrés por falta de tiempo para la vida privada afecta también a hombres y mujeres solteros que asumen jornadas laborales larguísimas y que se casan con el trabajo. Y el foso entre éstos y quienes gozan de semanas de maternidad/paternidad en las empresas es cada vez mayor.
Conciliar vida laboral y vida familiar aparece pues como un problema de la persona, más aún, de cada persona; vida familiar y vida profesional en armonía serían la resultante de dos factores: la gestión del tiempo y la rentabilidad coste/beneficio.
A la hora de buscar soluciones o vías de mejora hay que comenzar por discernir qué le compete a la empresa, qué a los poderes políticos y legislativos -a la sociedad- y qué es tarea de cada uno.

La empresa del siglo XXI no puede limitarse a poner parches, siquiera por imperativo legal o de la opinión pública. El empresario debe rediseñar una política de empresa coherente, referida a las áreas de negocio, estructura, imagen institucional y convivencia profesional, integrando en su proyecto de empresa un área transversal que afecta de lleno a la inteligencia emocional de todos: la conciliación entre vida familiar y vida profesional porque, en último término, la empresa es básicamente un grupo humano.
Ponte en Marcha! Concilia y gana el duelo.
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