
La mala relación entre las personas que forman parte de un equipo puede dar al traste con todo el proyecto, por lo que es importante buscar grupos equilibrados en los que nadie ponga notas discordantes, en los que todos remen en la misma dirección.
Puede parecer difícil formar un equipo en el que se respire paz y armonía, pero si tienes un poco de cuidado a la hora de seleccionar a los miembros, es posible evitar estas discordancias.
Hay cinco actitudes en las personas que pueden propiciar que en un equipo se creen malas relaciones; si adviertes que tus colaboradores presentan alguna de ellas, intenta hacerles ver que están lastrando al resto:

2. Falta de reflexión. Las personas que sacan conclusiones precipitadas no suelen lograr sus objetivos. A menudo prejuzgamos a las personas y a las circunstancias por las apariencias sin investigar suficientemente en qué se fundamentan.

3. Actitudes negativas. Algunas personas son especialistas en atraer la mala suerte porque la potencian con sus actitudes negativas. Siempre están convencidos de que las cosas van a salir mal, y, consecuentemente, salen mal.
4. Deseo de reconocimiento. Es natural desear que la gente nos quiera, y todos extraemos fuerza e inspiración de nuestros amigos; la calidez de la amistad es un gran motivador, pero si intentamos lograr el reconocimiento de los demás a cualquier precio, la relación habrá perdido valor como tal. Alguien que actúa buscando el reconocimiento deja de respetarse a sí mismo, y las personas que le rodean dejan de respetarla también. El respeto de los demás se logra proponiéndose metas altas y tratando de lograrlas con coherencia.

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