lunes, 18 de abril de 2016

El valor de honor y de valor de los samuráis contra el miedo, a la hora de emprender.


Los samuráis tenían un código de honor muy rígido que les servía de guía espiritual, un código basado en la bondad, la justicia, la cortesía, la honestidad, el honor, el valor (entendido como autoconocimiento y coraje para enfrentarse al peor enemigo: uno mismo) y la lealtad

El valor es el resultado de varios pasos previos: el coraje (que se obtiene al saber que hay algo por lo que merece la pena luchar), el sentido denotativo de la palabra valor (es decir, generar un valor añadido a la vida), el riesgo que implica traspasar una frontera sin saber a ciencia cierta qué vamos a encontrar al otro lado y la decisión de traspasar el umbral de la comodidad en el que estamos instalados. 

Heinz Körner escribió en su libro Johannes: “En lo más profundo todos sentimos que existe la posibilidad de abandonar el pantano y vivir al sol. Pero el miedo al sol, a la libertad, sí, el miedo a las propias posibilidades nos obliga a permanecer en nuestro entorno habitual. Consigue que nos resulten aceptables el hedor y la inmovilidad, la oscuridad y el lodo. Con cada día que pasamos en él es más difícil salir. Sí, y así todo nos dedicamos a averiguar cómo expulsar el hedor lo mejor posible, cómo soportar lo mejor posible el sucio lodo viscoso y cómo hacer más agradable el paulatino hundimiento. Pero todas las personas que quieran algo mejor deben asumir la responsabilidad y buscar el mejor camino hacia el sol.” 

Lo que diferencia a las personas, y en última instancia las separa, es la satisfacción y la comodidad. No podemos sucumbir a ambas. 

Nunca veremos un mundo mejor mientas sigamos soñando con él. Nada de lo que soñamos sucederá hasta que todos comencemos a actuar en el marco de nuestras posibilidades. No hablo de intentarlo o de esperar a que algo suceda. Hablo de que asumas la responsabilidad de tus talentos y lleves tus sueños a la práctica.

Nuestra tarea no es hablar y soñar con un mundo sin pantano, sino hacerlo realidad. Necesitamos personas íntegras. Personas que cumplan lo que dicen. Personas que como los samuráis venzan al miedo y  hagan realidad sus sueños.

Se valiente, Ponte en Marcha! pero no te hagas el harakiri.