lunes, 30 de diciembre de 2019

Te deseo ganas

Pues no … no te voy a desear feliz año. 

Yo te deseo coraje para decir basta, te deseo que olvides a quien se olvidó de ti, te deseo que puedas cerrar puertas y abrir ventanas, te deseo que no te conformes, que no te quedes con la culpa, te deseo que te atrevas, te deseo que te quieras, te deseo ojeras y risas, te deseo locura y magia, también te deseo errores para aprender, te deseo viento, para dejarte llevar, te deseo chispas en la mirada, colores para los día grises, paraguas para las malas tormentas y lluvia para calarte, te deseo “te echo de menos”, te deseo abrazos de los que duran toda la vida cuando cierras los ojos, te deseo viajes y nuevos recuerdos, te deseo huracanes de emociones, que te hagan sentir, te deseo que te quieran sin que te necesiten, te deseo una nueva canción favorita y nueva fecha que te haga sonreír, brindis por las nuevas oportunidades y te deseo ganas … las de seguir. 

Lo leí por ahí y me gustó. Ponte en marcha!.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

Emprender es una p... locura.

Emprender es una p… locura. Una cosa de locos, inadaptados, rebeldes, … que no respetan el status quo. 

Este es un tributo para los locos. Los inadaptados. Los rebeldes. Los problemáticos. Los que van en contra de la corriente. Los que ven las cosas de manera diferente. Ellos no son aficionados a las reglas. Y no tienen ningún respeto por el status quo. Puedes citarlos, estar de acuerdo con ellos, glorificarlos o vilipendiarlos. Pero la única cosa que no puedes hacer es ignorarlos. Porque ellos cambian las cosas. Empujan a la raza humana. Y mientras que algunos pueden verlos como locos, nosotros los vemos como genios. Porque las personas que están suficientemente locos como para pensar que pueden cambiar el mundo son los que lo hacen. 

Campaña publicitaria iMac. 

El origen. Aquello en lo que te fijas determina aquello que no ves. 

“Tenemos dos vidas, y la segunda comienza cuando nos damos cuenta de que sólo tenemos una”. –Confucio- 

En muchas etapas de nuestra vida, los seres humanos actuamos como los famosos perros de Pavlov. Cuando los animales estaban hambrientos, el médico ruso Pavlov les enseñaba un trozo de carne mientras tocaba una campana. Al ver el trozo de comida, los perros salivaban como una señal física de que tenían hambre. Una vez repetido el mismo patrón unas cuantas veces, se tocaba de nuevo la campana, esta vez sin enseñarles la carne, y los perros salivaban igualmente. 

Es decir, se había condicionado a los perros con un estímulo arbitrario (la campana) para desarrollar un comportamiento concreto (salivación) sin necesidad de mostrarles el estímulo original (la carne). Los perros eran manipulados y condicionados con un objetivo concreto. 

No nos damos cuenta, pero nosotros actuamos igual. Nuestros estímulos son más sofisticados que una campana, pero estamos igualmente condicionados con ideas erróneas sobre el éxito y la felicidad, que hemos interiorizado por medios como la publicidad, los medios de comunicación, la educación, etc. Esto nos lleva a una carrera frenética para conseguir objetivos, muchas veces no establecidos realmente por nosotros mismos, sino por otras personas o por las presiones de la sociedad. Es verdad que el hombre es un depredador de objetivos. Los necesita para superarse, para avanzar y sentirse realizado. Sin embargo, en nuestra sociedad occidental, estamos demasiado obsesionados con los objetivos, estamos orientados y programados como los perros de Pavlov a conseguir resultados. Y si no los logramos, somos unos inútiles o unos fracasados. Eso es lo que nos dicen.

En el colegio aprendes a ser “empleado”. De hecho, la escuela es como la versión infantil de la oficina. 

Y una vez entrenado por el sistema educativo ya asumes como “empleado” que puedes ser usado, manipulado, utilizado, …, y llegas a creer que la vida es eso, y llegas a pensar que la vida es eso, y hasta piensas que eres alguien “el rey del mambo”, hasta que descubres que eres sustituible y “estás fuera de servicio”. 

Pero llega un momento en el que no quieres seguir obedeciendo órdenes. 

Y en este punto, bien por devoción, bien por obligación empiezas a diseñar tu plan de marca (P.D.M. “Plan para dominar el mundo”). 

Y van ocurriendo cosas, muchas cosas, casi todas buenas, pero no por fuerzas ocultas del universo sino por tu tesón, esfuerzo y curro. 

Cuando trabajas por tu cuenta nadie te dice lo que tienes que hacer, y eso mola, pero a su vez, y este es el lado oscuro, nadie te dice lo que no tienes que hacer.

Y el resto, todo lo que necesitas saber para convertir tu pasión en tu profesión, es una p... locura.

Y entonces al ponerte en marcha, tú vida como emprendedor se convierte en una p... locura, porque te toman por loco y hacen comentarios como: estás loco eso no se puede hacer, estás loco deja de hacer el tonto y ponte a trabajar, estás loco para abrir un negocio se necesita dinero; y así la palabra loco es una constante en la vida de un loco emprendedor. Por todo ello, llegué a la conclusión de que emprender es cosa de locoslocos los que no creen en ti y locos los que nos atrevemos a emprender para hacer ese cambio. También aprendí a darme cuenta que la peor etapa del joven emprendedor está en la aceptación de la sociedad, el explicarle a un grupo de personas que fueron educadas a estudiar para sacar buenas calificaciones, para encontrar el mejor trabajo pagado, para trabajar de 8 a 10 hrs, para trabajar y trabajar hasta esperar que pasen 30 años y jubilarte; y entonces ser feliz. No gracias. 

Mejor ser un emprendedor loco, dejar que te llamen loco, por qué tú y yo sabemos que emprende es cosa de locos.

Solo recuerda lo que dijo el mejor emprendedor de la historia: 

Las personas que están lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo son las que lo cambian. 

Steve Jobs 
 Ponte en Marcha! Y a disfrutar de tú p... locura.

viernes, 15 de noviembre de 2019

La gestión del cambio al emprender y el modelo de Harvard.

La gestión del cambio al emprender y el modelo de Harvard. 

Como solemos entender, el potencial del emprendedor es también su amenaza más peligrosa. La idea, la iniciativa, la energía para desarrollar el emprendimiento pueden ser entes estáticos que dejen anclado al emprendedor a la idea, al negocio o a las etapas rentables del mismo. O, por el contrario, pueden ser puertas de entrada al entendimiento de que no sólo el proyecto sino la vida por completo no es más que una sucesión constante de cambios. Algunos sencillos, otros complejos, los cambios forman parte de la realidad del negocio que el emprendedor lidera. 

Para hablar de cambio al emprender debemos, ante todo, aceptar la carga de incertidumbre que trae aparejado. No es el cambio en sí lo que condiciona al emprendedor, sino la incertidumbre que conlleva que, combinada con distintas personalidades, lleva al emprendedor a vivir el cambio con aceptación o con resistencia. 

A la hora de emprender podemos apoyarnos en el modelo de la escuela de Harvard sobre la gestión del cambio que descansa en seis palancas que se visualizan en la siguiente ecuación. 

D x M x E > Dzc x Vc x

La ecuación sugiere que sólo se produce el cambio cuando los tres primeros términos acaban superando a los tres últimos. El carácter multiplicativo de los tres primeros términos también sugiere que la ausencia de uno de ellos, o su carácter negativo, anula el efecto de los otros dos. 

Veamos los tres elementos que empujan los procesos de cambio al emprender. 

D: Es la fuerza del deseo del cambio. Todo deseo nace de las necesidades emocionales. Es decir de un afán de singularizarse, retarse o sentirse más seguro. También puede nacer de un afán de crecimiento personal o de contribución. 

M: Es la fuerza de la metodología, de los modelos, herramientas, mapas, métodos, … 

E: Es la fuerza de la calidad en la ejecución, la disciplina al implementar, el rigor de sistematizar las etapas de los procesos de cambio. 

Los procesos de emprendimiento también se enfrentan a frenos formidables. Son resistencias nacidas del miedo a la inseguridad, de la falta de comunicación, de los hábitos del pasado, de la cultura de la empresa o de la identidad. Esta resistencia por el cambio viene influida por tres variables: 

Dzc: La distancia de la zona de confort a la situación deseada. A mayor distancia, más resistencia.

Vc: Es la velocidad de cambio. Es el ritmo propuesto para alcanzar los nuevos objetivos. A mayor ritmo, mayor resistencia. 

R: Es el rango de los cambios. A mayor número de cosas que se quieran hacer a la vez, mayor resistencia. 

A modo de conclusión: la fórmula es clara; si para emprender necesitas un cambio rápido y profundo has de contar con un deseo fuerte, buena metodología y mucho rigor en la puesta en marcha
 
Porque muchas veces los objetivos no son imposibles, sino que los plazos son inadecuados. 

El procedimiento ordinario para emprender y gestionar el cambio es el aprendizaje y la repetición insistente hasta adquirir un nuevo hábito. Hábitos que nos van moldeando, hábitos que más allá de una repetición automatizada de actuaciones suponen una elección consciente y continua que va cincelando nuestra manera de pensar, sentir y actuar. En definitiva saber hacer. 

El procedimiento de urgencia es una experiencia impactante (una conversación, un seminario, una lectura, un fracaso, …) en un momento en el que estamos más receptivos a ello. 

Pero aún hay un tercer procedimiento, el extraordinario, que consiste en verle las orejas al lobo: un problema serio en el trabajo, un despido, … La vida, la mayoría de las veces, se encargará de que cambies con los procedimientos extraordinarios si no utilizas los ordinarios o de urgencia. 

Frente al cambio, el emprendedor tiene dos opciones: lo vive como un fastidio, se resiste y queda detrás de la realidad; o lo toma con naturalidad y, sin negar la incertidumbre que conlleva, no espera a que lo extraordinario le empuje a cambiar

Porque en un mundo tan cambiante no son los emprendedores perfectos los que triunfan, sino aquellos que se mueven por un deseo grande que arrastre pese a sus limitaciones. 

Antes de emprender, gestiona el cambio y Ponte en Marcha!

sábado, 9 de noviembre de 2019

Diez perogrulladas del emprendimiento. Porque emprender no es cosa de PeroGrullos.

Diez perogrulladas del emprendimiento. Porque emprender no es cosa de Perogrullos. 

El profeta Pedro Grullo, Pedrogrullo, Pero Grullo o Perogrullo, "que a la mano cerrada la llamaba puño", es un personaje paremiológico o de la literatura tradicional cuyo origen histórico es de difícil determinación. En el habla corriente se identifica al personaje como el primer, o el más famoso, decidor de perogrulladas o tautologías retóricas, esto es, verdades redundantes o pleonásticas del tipo "ha amanecido porque es de día". 

La perogrullada.

  Una perogrullada, también conocida como verdad de Perogrullo, es una expresión que, debido a que enuncia algo conocido por todos, resulta extremadamente simple o hasta innecesaria. Dada esta característica, calificar una opinión o un comentario de alguien como una verdad de Perogrullo tiene una connotación despectiva o burlona. 

Cuando alguien emite una expresión tan evidente o tan sabida que resulta una afirmación trivial o apodíctica, suele opinarse que se dijo una perogrullada o una verdad de Perogrullo. 

El lexicígrafo Ramón Joaquín Domínguez, define perogrullada, perogrullear y Perogrullo

«Personaje o ente quimérico, extravagante, ridículo, que se supone haber existido y dejado una preciosa colección de sandeces, apotegmas, axiomas y verdades como estas: cuatro huevos son dos pares; la mano cerrada se puede llamar puño y aun de hecho se llama así; cuando no se tiene frío, es que se ha entrado en calor; al que le quitan la vida, de seguro le matan; el que gasta el último cuarto de su última peseta, regularmente se queda sin ella; casi se puede afirmar, sin temor de ser desmentido, que no ven objeto alguno los ciegos de nacimiento. Lindezas de este jaez, que son simplezas de a folio, pifias de marca mayor, pertenecen al género, al gusto y al estilo del incomparable Perogrullo. 

Motivos hay, sin embargo, fundados en la misma naturaleza de ciertos patanes socarrones, aparentemente bobos, y en el fondo nada lerdos, antes muy avisados y advertidos; motivos hay, repetimos, para creer que haya existido un gracioso de este nombre, segunda edición de Bartolo, si, más antiguo quizá, no ha servido de prólogo a la primera. Sentimos que la Academia nada nos diga acerca de tan interesante sujeto, limitándose a nombrarlo una sola vez en la palabra perogrullada, naturalísimo derivado suyo.» 

Diez Perogrulladas que parecen verdades como puños, pero que para el emprendedor son puras bofetadas. 

1. España es territorio hostil para el emprendimiento… aquí nunca ha existido una verdadera cultura del emprendedor. Aquí lo que se estila es el clientelismo, el enchufismo y la picaresca más casposa. Todo ello unido a obstáculos burocráticos de todo tipo que deprimen al más pintado.

Si tienes talento ya tienes la fórmula de éxito. No basta con el talento. El talento es la base, pero como en cualquier proyecto, no basta por sí solo. Tenemos que tener claro que nuestra idea de negocio es la buena, el proyecto que queremos hacer, al que vamos a dedicar toda nuestra energía y estar seguros de no haber tomado la decisión forzado por las circunstancias o porque no has encontrado nada mejor.

Ajusta tus expectativas a la realidad y no “vendas humo”. Es súper útil tener la cabeza en el cielo, pero los pies en la tierra. Planifique según sus posibilidades y concéntrese menos en el que “quiere” hacer, y más en el que “puede” hacer. No se cree expectativas que no puede cumplir, y tampoco lo haga con su equipo (especialmente si estas expectativas son económicas).

2. El futuro pasa por el emprendimiento y los emprendedores. La realidad del emprendimiento tal cual es, otra burbuja más en la que unos cuantos/muchos parásitos (políticos, bancos, asesores, gestores, expertos en coaching, empresas de formación, etc etc… ) se aprovechan de la ilusión e inexperiencia de una gran masa de pobres desinformados que terminarán perdiendo hasta la camisa.

La burbuja del emprendimiento se ve especialmente hiperinflada en el sector de las puntocom y las apps móviles (por ejemplo, el número de buscadores de vuelos, viajes y hoteles está alcanzando cotas ridículas).

3. Emprendedor el plan de negocio ha muerto, viva los post-ics (notas adhesivas), y si son de colores … No te dejes infectar por el virus de la ingenuidad, no confíes ciegamente en los consejos de los “expertos” del emprendimiento que no han montado un negocio en su vida (excepto el negocio de dar consejos sobre montar negocios). Porque la realidad y la estadística nos enseñan que un número indecente de proyectos empresariales y de autoempleo están fracasando miserablemente… ¡la probabilidad de pegarte el bofetón es altísima! Sin embargo, desde los poderes públicos y mass media se anima a los desempleados a comprometer sus ahorros y endeudarse para montar un “chiringuito” de dudosa viabilidad (la mayor parte de las veces). 

En serio… algunos somos tan ignorantes que hasta nos creemos que pagar por asistir a una charla con el gurú de coaching de moda nos ayudará a obtener la piedra filosofal del éxito emprendedor… ¡y no es así! 

4. Las revistas de emprendedores y negocios te llenarán la cabeza de pajaritos. Léelas como si estuvieses leyendo un tebeo de ciencia ficción.  Los personajes que nos venden como grandes emprendedores suelen tener capacidad financiera (real o avalada y de hecho se pueden permitir arruinar varios negocios y seguir siendo portada de las revistas). Estos héroes obviamente juegan en otra liga diferente a la tuya. 

5. El verdadero valor de los MBA (Master Business Administration) más prestigiosos, además del papel con la firma y el sello, es el de los contactos, las relaciones que tendrás oportunidad de establecer. Sin embargo, la clase social dominante no quiere mezclarse con las clases inferiores… de ahí el imponer una barrera insalvable para los estudiantes de clase trabajadora: el coste brutal del Master. No money, no MBA… no MBA, no contacts. 

6. Yes, we cam, Si podemos. Emprender sin riesgos. Cualquiera puede emprender. El lado oscuro del emprendimiento, emprender no es para todos y es que, muchas veces, influenciados por esa corriente de mensajes optimistas parece que emprender te permite crear tu empleo soñado, con un horario flexible y sin tensiones de ningún tipo. Pues hombre, eso no es así y mucho menos, al principio." Como dijo el Guerra, lo que no puede ser, no puede ser... y además es imposible". 

Emprender no es para “pobres”, no se puede emprender sin pasta. En el emprendimiento hay una máxima “siempre se necesita más pasta de lo que se piensa”, poca o mucha pasta dependiendo del proyecto, pero pasta al fin y al cabo. Aunque esto parece una verdad de perogrullo y es muy fácil de entender, nos han hecho creer que se puede montar un negocio sin dinero (¡mamina que mentira!). 

 
7. Emprender es como soñar, o lo que es lo mismo hacer un sueño realidad. La diferencia entre un soñador y un emprendedor pasa por su capacidad para incidir en la realidad. Ojo con las falsas expectativas. No es bueno dejarse arrastrar por los sueños y olvidarse de vivir. Tú sueño como emprendedor, tú sueño de encontrar una forma de autoempleo, se termina transformando en una pesadilla. 

8. El emprendedor nace, no se hace. Nadie se hace emprendedor, o mejor explicado, no se aprende a ser emprendedor, sino que es una actitud. O lo eres o no lo eres… ¡es algo innato! Por mucho que recurras al coaching, por muchos cursos de formación (elaboración de planes de negocio, liderazgo y RRHH, finanzas, etc., … ) que acometas, por mucho bla bla bla… si no llevas el veneno dentro no hay nada que hacer. 

9. Sólo quien carga el saco sabe lo que pesa. Las bofetadas en cara ajena no duelen. La experiencia, como el conocimiento, hay que adquirirla en primera persona. Aún no se ha inventado la transferencia de experiencia por ósmosis, contacto físico o inducción.

De la misma forma que al aprender a caminar o a montar en bicicleta, uno indefectiblemente se cae, por mucho afán que pongamos los padres para que no suceda; a ser empresario se llega recibiendo algún golpe. El buen emprendedor, como el buen boxeador, tiene que saber encajar los golpes bien, procurando que sean los menos posibles, pero con la certeza de que alguno llegará tarde o temprano.

Las bofetadas, deben ser además en cara propia. Porque no duelen de la misma manera si las recibe el vecino, y porque ese dolor, esa consecuencia, la reacción que producen es parte imprescindible del propio aprendizaje. 

10. Es imprescindible desarrollar la tolerancia al fracaso y convertirlo en un argumento positivo, sin llegar, a ser posible, a las “mil maneras de no hacer una bombilla” de Edison. Si fracasas hazlo cuanto antes para perder lo menos posible. Una retirada a tiempo es una victoria. 

La perogrullada que es una verdad como un puño es tratar de rodearse de buenos "asesores", ya sean amistades (además de agradable barato), asociaciones o profesionales. No hay que dejarse cegar por la palabrería: emprender, innovar, montar una empresa, idear y vender un producto es algo que se consigue a través del trabajo y no, nunca, gracias a la magia o solamente a las buenas intenciones. Y por supuesto, es de Perogrullo aprender a ser metódico, eficiente, exhaustivo, exigente, a estar preparado en cuanto a conocimientos, tener un objetivo... y no tener miedo a ponerse en marcha.

No seas Perogrullo y Ponte en Marcha!