viernes, 15 de noviembre de 2019

La gestión del cambio al emprender y el modelo de Harvard.

La gestión del cambio al emprender y el modelo de Harvard. 

Como solemos entender, el potencial del emprendedor es también su amenaza más peligrosa. La idea, la iniciativa, la energía para desarrollar el emprendimiento pueden ser entes estáticos que dejen anclado al emprendedor a la idea, al negocio o a las etapas rentables del mismo. O, por el contrario, pueden ser puertas de entrada al entendimiento de que no sólo el proyecto sino la vida por completo no es más que una sucesión constante de cambios. Algunos sencillos, otros complejos, los cambios forman parte de la realidad del negocio que el emprendedor lidera. 

Para hablar de cambio al emprender debemos, ante todo, aceptar la carga de incertidumbre que trae aparejado. No es el cambio en sí lo que condiciona al emprendedor, sino la incertidumbre que conlleva que, combinada con distintas personalidades, lleva al emprendedor a vivir el cambio con aceptación o con resistencia. 

A la hora de emprender podemos apoyarnos en el modelo de la escuela de Harvard sobre la gestión del cambio que descansa en seis palancas que se visualizan en la siguiente ecuación. 

D x M x E > Dzc x Vc x

La ecuación sugiere que sólo se produce el cambio cuando los tres primeros términos acaban superando a los tres últimos. El carácter multiplicativo de los tres primeros términos también sugiere que la ausencia de uno de ellos, o su carácter negativo, anula el efecto de los otros dos. 

Veamos los tres elementos que empujan los procesos de cambio al emprender. 

D: Es la fuerza del deseo del cambio. Todo deseo nace de las necesidades emocionales. Es decir de un afán de singularizarse, retarse o sentirse más seguro. También puede nacer de un afán de crecimiento personal o de contribución. 

M: Es la fuerza de la metodología, de los modelos, herramientas, mapas, métodos, … 

E: Es la fuerza de la calidad en la ejecución, la disciplina al implementar, el rigor de sistematizar las etapas de los procesos de cambio. 

Los procesos de emprendimiento también se enfrentan a frenos formidables. Son resistencias nacidas del miedo a la inseguridad, de la falta de comunicación, de los hábitos del pasado, de la cultura de la empresa o de la identidad. Esta resistencia por el cambio viene influida por tres variables: 

Dzc: La distancia de la zona de confort a la situación deseada. A mayor distancia, más resistencia.

Vc: Es la velocidad de cambio. Es el ritmo propuesto para alcanzar los nuevos objetivos. A mayor ritmo, mayor resistencia. 

R: Es el rango de los cambios. A mayor número de cosas que se quieran hacer a la vez, mayor resistencia. 

A modo de conclusión: la fórmula es clara; si para emprender necesitas un cambio rápido y profundo has de contar con un deseo fuerte, buena metodología y mucho rigor en la puesta en marcha
 
Porque muchas veces los objetivos no son imposibles, sino que los plazos son inadecuados. 

El procedimiento ordinario para emprender y gestionar el cambio es el aprendizaje y la repetición insistente hasta adquirir un nuevo hábito. Hábitos que nos van moldeando, hábitos que más allá de una repetición automatizada de actuaciones suponen una elección consciente y continua que va cincelando nuestra manera de pensar, sentir y actuar. En definitiva saber hacer. 

El procedimiento de urgencia es una experiencia impactante (una conversación, un seminario, una lectura, un fracaso, …) en un momento en el que estamos más receptivos a ello. 

Pero aún hay un tercer procedimiento, el extraordinario, que consiste en verle las orejas al lobo: un problema serio en el trabajo, un despido, … La vida, la mayoría de las veces, se encargará de que cambies con los procedimientos extraordinarios si no utilizas los ordinarios o de urgencia. 

Frente al cambio, el emprendedor tiene dos opciones: lo vive como un fastidio, se resiste y queda detrás de la realidad; o lo toma con naturalidad y, sin negar la incertidumbre que conlleva, no espera a que lo extraordinario le empuje a cambiar

Porque en un mundo tan cambiante no son los emprendedores perfectos los que triunfan, sino aquellos que se mueven por un deseo grande que arrastre pese a sus limitaciones. 

Antes de emprender, gestiona el cambio y Ponte en Marcha!

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