jueves, 10 de agosto de 2017

Emprender es una cosa de virtuosos

La fortaleza de la virtud. Podríamos definir la virtud, de virtuosismo, como el hábito de la excelencia.
Actualmente a mucha gente (sobre todo a la juventud) le cuesta tomar decisiones que exijan sacrificar el placer a corto plazo por el beneficio a largo plazo, y por ello los programas que fomenten la autodisciplina pueden ser la vía para mejorar su rendimiento académico, profesional, ….

Podríamos resumirlo en que la autodisciplina es lo que nos da poder, y la fortaleza es la virtud que nos permite soportar el esfuerzo

Ya los pensadores clásicos le dieron mucha importancia a la fortaleza, que era la virtud del emprender y del resistir. 

Pedro Abelardo, en su Ysagoge in theologiam, libro de la mitad del siglo XII, hace una magnífica descripción de la fortaleza, en la que demuestra la amplitud de sus dominios. 

“Puesto que la fortaleza es una potencia del alma que reprime los asaltos de la adversidad, todas las virtudes que nos hacen constantes en la adversidad son partes de la fortaleza. Estas partes son la magnanimidad, la confianza, la seguridad, la magnificencia, la constancia y la firmeza. La magnanimidad es emprender voluntariamente cosas difíciles. La confianza es una esperanza firme de llevar a buen fin la obra emprendida. La seguridad es la virtud que nos impide temer las molestias inherentes a la obra emprendida. La magnificencia es una fuerza del alma que da su cumplimiento a las obras difíciles y sobresalientes. La constancia es una estabilidad del alma firme y perseverante en su propósito. La firmeza es una flexibilidad del alma que aminora la exaltación de la prosperidad y soporta con un alma igual los más duros percances. Tiene como partes la humildad y la paciencia”. 

La magnanimidad, la valentía, la resileiencia y la determinación como otras virtudes. 
La magnanimidad es el hábito de emprender voluntariamente cosas difíciles. A lo que entraña dificultad llamaban los filósofos medievales lo arduo, y opinaban que no era valiosos por ser difícil sino al revés. Siguiendo a Aristóteles, los escolásticos consideraron que enfrentarse con lo difícil era propio de la magnanimidad, una raisonnable emprise de hautes choses

Emprender es la virtud del inicio y significa tomar la iniciativa, enfrentarse a los problemas, ser proactivo, no vivir reactivamente. Es lo contrario de la independecia del entorno, de la tendencia a la inacción y a la huida, del miedo a actuar y a las relaciones con los demás, de la preferencia de la retirada al enfrentamiento o al esfuerzo, de la rutina y el vivir a la defensiva y de la procrastinación.
 
Como dice Gilbert, el proactivo y emprendedor es el NLH (No te lamentes, haz) frente al NHL (No hagas, laméntate)
La capacidad de emprender está fundada en la idea de futuro. La esperanza es la confianza en el porvenir y en la capacidad para influir en él de alguna manera. 

La valentía no consiste en no tener miedo, sino en actuar a pesar de él. Valiente es aquel a quien la dificultad o el esfuerzo no le impiden emprender algo justo o valioso, ni le hacen abandonar el propósito a mitad del camino. Actúa, pues, a pesar de la dificultad, guiando su acción por la justicia, que es el último criterio de la valentía

En ingeniería, se llama resiliencia de un material a la energía de deformación (por unidad de volumen) que puede ser recuperada de un cuerpo deformado cuando cesa el esfuerzo que causa la deformación. En el mundo del emprendimiento es importante tratar una manifestación suave de la resiliencia, que es la capacidad de soportar la frustración.
La determinación podríamos definirla como la perseverancia acompañada de esfuerzo. Los emprendedores altos en determinación mantienen su esfuerzo a pesar del fracaso y de la adversidad. Su pasión y compromiso con metas a largo plazo les hace mantenerse en la carrera. Son corredores de maratón, no esprinters. Esta virtud está relacionada con el coraje para hacer lo difícil y convertir un desastre potencial en una oportunidad de crecimiento. También se la relaciona con la motivación de logro. 
Se virtuoso y Ponte en Marcha!

viernes, 4 de agosto de 2017

Decidí emprender y esto aprendí, ...


Y así, un día como cualquier otro, decidí emprender
Decidí no esperar a las oportunidades, sino buscarlas yo mismo. 
Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar la solución
Decidí ver cada desierto, como la oportunidad de encontrar un oasis. 
Decidí ver cada noche, como un misterio a resolver. 
Decidí ver cada día, como una nueva oportunidad de ser feliz. 
Aquel día descubrí que mi único rival, no eran más que mis propios miedos
Aquel día dejé de temer a perder, y empecé a temer no ganar. 
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir. 
Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo". 
Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad. 
Por eso, desde aquel día, ya no duermo para descansar. 
Ahora duermo simplemente para soñar. 
No pierdas la esperanza, sobretodo, en los tiempos difíciles ... 

Decídete, aprende y Ponte en Marcha!