Como
todos sabemos los mamíferos invertimos mucha energía en hacer un seguimiento
del carácter individual de cada una de las copias que engendramos. Y es
natural, por supuesto: invertimos tanta energía y tantos recursos en nuestra
prole que sería un derroche espantoso que se extraviaran y se cayeran del
balcón o se tirasen al triturador de basura. Estamos programados, como
mamíferos, para interpretar este tipo de desgracias como una tragedia moral, un
trauma tan profundo para nuestra psique que algunos nunca llegan a recuperarse.
También
es natural que concedamos tanta importancia al carácter individual de cada una
de los proyectos de nuestro espíritu emprendedor. Nos angustiamos ante las
posibles copias de las ideas y proyectos de negocio. Y aunque emprender un
negocio no nos cuesta tanto como criar a un bebé, no podemos quitarnos de la
cabeza que nuestra idea es la mejor, única e irrepetible, y por lo tanto no la
decimos para que no nos la copien ó “fusilen”, hasta que nos damos cuenta que
alguien también la pensó y la puso en marcha.
No
obstante, hay organismos que siguen otras estrategias reproductivas diferentes.
Por ejemplo, el diente de león: un solo diente de león puede producir dos mil
semillas al año, y las dispara al cielo de forma indiscriminada a la mínima
brisa, sin preocuparse hacia dónde van ni si recibirán una recepción acogedora
cuando aterricen.
De
hecho, muchas de esas miles de semillas acabarán cayendo sobre un pavimento
duro y rígido, y no llegarán a crecer; un fracaso en la carrera genética basada
en la supervivencia y la reproducción.
Pero
desde el punto de vista del diente de león, la fortuna de cada una de las
semillas no es lo importante; lo importante es que cada primavera todas las grietas
de la calzada estén llenas de dientes de león.
Por
ello, al iniciar un proceso de emprendimiento tenemos que tener mentalidad de
diente de león, y ver en cada idea una oportunidad de negocio, que quizás tenga
viabilidad o quizás no, y así aunque muchas se quedarán en el baúl de la
creatividad, otras muchas, las viables, llegarán al mercado.
Y
con este espíritu de CREACIÓN te
animamos a dar el primer paso y gritamos al aire, y a los cuatro vientos, como
la diáspora del diente de león, PONTE en MARCHA, para que los emprendedores con
ideas siembren sus semillas y cubran con sus proyectos todos los nichos y
oportunidades de negocio.