martes, 30 de agosto de 2016

Lo que las empresas y los emprendedores buscan y las universidades no enseñan (6) ASERTIVIDAD.



Lo que las empresas y los emprendedores buscan y las universidades no enseñan. 

ASERTIVIDAD 

Cuando entré en una librería y me di de bruces con un libro llamado El vendedor pitbull, me pregunté hasta qué punto está difundida la idea de que es necesario ser un vendedor agresivo en los negocios. Sinceramente, no creo que la agresividad sea una característica adecuada del comportamiento dentro del ambiente empresarial o laboral. Una persona hostil es severa, intenta obtener lo que desea a gritos, no sabe escuchar ni tiene consideración con los sentimientos y necesidades ajenas, no sabe esperar, no tolera los errores y atropella a los demás. En fin, es problemático en potencia. 

La cuestión es que mucha gente confunde agresividad con algo completamente diferente, que es la asertividad; ésta sí es una cualidad importante para quien desea tener éxito en su carrera. Ser asertivo es expresar opiniones, necesidades o preferencias de modo franco y directo. Es ser capaz de decir que no a aquello que hiere su integridad y es contrario a sus valores, pero sin agredir ni faltar al respeto al otro. Se trata de una cualidad que denota seguridad y autoconfianza, mientras que la agresividad es generalmente la expresión de una personalidad insegura. 

La persona asertiva defiende sus opiniones con claridad y honestidad, sin recelos acerca de qué dirán. Considero esa actitud fundamental en el mundo corporativo, pues no se pude decir que sí a todo, “traga con todo”, dejar de expresar opiniones por miedo a desagradar o asumir las responsabilidades de otros. Hay quien considera esas actitudes como estrategias políticas, pero para mí son señal de pasividad y de falta de comprensión. Hoy en día, lo que significa ser profesional, lo que se espera, cada vez más, es que las personas sean capaces de tomar decisiones, de asumir riesgos y responsabilidades. 

Creo que es muy difícil que alguien consiga ser asertivo en todas las situaciones de su vida, así como no hay nadie que sea totalmente sumiso o agresivo. Cada uno de nosotros tiene mayor facilidad de actuar así en determinadas situaciones con ciertas personas, lo que significa que podemos ser asertivos también en el trabajo. 

¿Por dónde empezar? Por ser conscientes de que tenemos derecho a recibir un trato respetuoso, (independientemente de nuestra posición social o de nuestra jerarquía dentro de la empresa), derecho a mantener nuestros valores, a expresar lo que queremos y decir “no” sin sentirnos culpables por ello; derecho a equivocarnos, a pensar antes de tomar una decisión, a pedir ayuda.

Se asertivo y Ponte en Marcha!

jueves, 25 de agosto de 2016

Lo que las empresas y los emprendedores buscan y las universidades no enseñan (5) RESISTENCIA.

Lo que las empresas y los emprendedores buscan y las universidades no enseñan.

RESISTENCIA 

Tenía por costumbre hablar de perseverancia hasta que conocí la palabra “resistencia”. Derivada de la física, significa la propiedad que tienen algunos materiales de acumular energía cuando se ven sometidos a un gran esfuerzo, volviendo a su estado original sin deformación alguna. Durante mucho tiempo, ese término fue solo utilizado para lo relativo a la ciencia exactas, hasta que la psicología lo descubrió y decidió usarlo para referirse a aquellas personas que, después de haber pasado por situaciones difíciles, no pierden la fuerza ni las ganas de luchar. Y así, se ha vuelto sinónimo de “duro de pelar”

La persona resistente tiene gran capacidad para seguir con sus objetivos, aunque tenga que enfrentarse a crisis, situaciones desestabilizadoras y problemas graves. Según los psicólogos, parece que la persona no solo se amolda a la adversidad, sino que se fortalece (acumula energía) y consigue proseguir y desarrollarse. Muchas veces, incluso, descubre que tiene fuerzas y potenciales que ni siquiera imaginaba. 

Si observamos la vida de las personas con éxito en su profesión y en los negocios, veremos que la mayoría de ellas tienen esa cualidad. Cito un ejemplo extremo: Seichiro Honda, fundador de la mega empresa japonesa que lleva su nombre. ¿Sabías que antes de triunfar con Honda, este emprendedor realizó siete tentativas de negocio y falló en todas? Es la historia de siempre: personas famosas son reconocidas por lo que han hecho y tuvo éxito, pero quién sabe cuántas tentativas frustradas, errores y fracasos han soportado antes de triunfar... 

Creo que la clave para la resistencia está en la forma de interpretar las experiencias difíciles y estresantes de la vida. Si las encaramos con pesimismo, quejándonos de lo dura e injusta que es la vida, gastaremos tanta energía en las lamentaciones que no encontraremos ni fuerzas ni salida para enfrentarnos a la situación. La verdad, si nos lamentamos de la mala suerte es porque no confiamos en nuestra capacidad de sortearla. Por otro lado, si nos enfrentamos a las crisis y a las dificultades como si no fuesen una catástrofe, sino un hecho natural de la existencia, podremos pasar por esos momentos con mayor equilibrio y conciencia, aprovechando de la mejor forma posible el aprendizaje que estas situaciones nos proporcionan. Al final, salimos fortalecidos, y cuanto más fortalecidos, menos temeremos las crisis y las dificultades que puedan surgir. 

En la vida profesional y al emprender, ser duro es muy importante. La globalización mundial es imprevisible, y en cualquier momento podemos enfrentarnos a situaciones críticas, turbulencias, cambios que hacen inviables nuestros proyectos, incluso un despido del trabajo. El mundo de hoy no nos garantiza nada, nosotros somos quienes tenemos que garantizárnoslo, teniendo la preparación necesaria para enfrentarnos a situaciones inesperadas. La resistencia unida a la adaptación nos da la posibilidad de crecer con las crisis, aprender de los errores, tener éxitos y fracasos y, principalmente, saber que siempre contaremos con la posibilidad de intentarlo de nuevo. 

Ponte en Marcha! y resiste.

martes, 23 de agosto de 2016

Lo que las empresas y los emprendedores buscan y las universidades no enseñan (4) ADAPTACION.



Lo que las empresas y los emprendedores buscan y las universidades no enseñan. 

ADAPTACIÓN 

En cierto sentido, no es una exageración comparar el mercado laboral con la selva. No podemos negar que, en general, hay más demanda de empleo que oferta, y quien quiera conseguir un trabajo, necesita afilar sus garras y demostrar su competencia, habilidades, experiencia y conocimientos. Los mejor preparados ganan la disputa por el empleo, pero después comienza la lucha por la conservación del mismo. Para promocionarse en el inestable ambiente de la “selva” es muy importante tener gran capacidad de adaptación. 

Es normal que hagamos planes para nuestra carrera, que definamos un objetivo a conseguir y los pasos que tenemos que dar para llegar a lograrlos: cursos que debemos hacer, habilidades que es necesario adquirir, responsabilidades que debemos conquistar... Por mucho que te esfuerces en seguir la ruta adecuada puede que, de repente, tu empresa sea comprada por otra y el plan no te sirva de nada. Las reglas cambian, igual que la filosofía corporativa y las personas que te apoyaban. ¿Qué hacer? Adaptarse a las circunstancias. Si no es posible seguir con el plan original, habrá que hacer ajustes y adaptarlo a la nueva realidad de la empresa. 

En situaciones menos drásticas, la adaptación también es importante. El proyecto al cual nos dedicamos puede ser suspendido, un jefe que te da todo el apoyo puede ser sustituido por un hueso duro de roer, pueden cambiarnos de departamento... ¡Pueden surgir tantos imprevistos en nuestro camino! ¿Qué hacemos? Adaptarnos a las circunstancias es partir hacia otro proyecto, ganarnos la confianza dej nuevo jefe, negociar nuevas metas en un nuevo departamento. Es necesario ser flexible dentro del nuevo mundo corporativo, donde los cambios pueden aparecer en cualquier momento; sólo así seguiremos promocionándonos. 

Puedes tener la impresión de que la adaptación solo sirve para enfrentarse a catástrofes, pero no es así. Con ella, podemos aprovechar las oportunidades que aparecen en nuestra carrera y que no imaginábamos ni en nuestros mejores sueños. Conozco a un profesional con mucho éxito que ejerció diecisiete cargos en diversa áreas de la empresa en la que trabajaba hacía más de treinta años. Ahora, pregúntate si él siguió fielmente sus planes cuando le invitaron a ocupar un cargo nuevo. ¡De ningún modo! En la mayor parte de los casos, ni se consideraba capacitado para ejercer la función, pero asumió el riesgo y trató de hacer frente al nuevo desafío. 

Para mantenerse y promocionarse en el mundo empresarial es fundamental entender que puede que no ocurra lo que esperamos, sino más bien que suceda lo que no esperamos. En ambos casos, la adaptación es un preciado recurso. 

Adáptate y Ponte en Marcha!

martes, 16 de agosto de 2016

Lo que las empresas y los emprendedores buscan y las universidades no enseñan (3) VALORES.



Lo que las empresas y los emprendedores buscan y las universidades no enseñan. 

VALORES 

Últimamente, se escucha hablar cada vez más de la ética. La ética en las relaciones personales, en las actividades empresariales, en la política, en la atención al cliente... Pero, ¿cómo definirla? ¿Cómo distinguir un comportamiento ético de uno no ético? Es ahí donde intervienen los valores. 

Los valores son principios que constituyen un ideal de conducta o de moral, o sea, un código ético. De una forma u otra, todos adquirimos valores, bien por la educación que recibimos, bien por el ambiente en el que vivimos o por el ejemplo de las personas a las que admiramos. Entendemos que esos principios son importantes para la convivencia con los otros y para la vida en sociedad. 

Creo que hay dos cuestiones relevantes en relación a este asunto. La primera es que necesitamos tener muy claro cuáles son nuestros valores y reflexionar sobre si son adecuados y suficientes para proporcionarnos una buena convivencia con los otros. Una persona puede tener como valores la honestidad, la responsabilidad y el orden, peri si no es tolerante, podría volverse rígida e impositiva; otra puede honrar los principios de paciencia, solidaridad y compasión, pero si no tiene la auto-afirmación como valor, podría ser manipulada por los demás. 

¿Necesitamos una gran lista de valores? Creo que no. Últimamente se ha discutido mucho sobre cuáles son los principios básicos capaces de garantizar el bienestar de la humanidad y la sostenibilidad del planeta. Considero oportuno enumerar los doce valores fundamentales elegidos por la Universidad Espiritual Mundial Brama Kumaris: amor, cooperación, felicidad, honestidad, humildad, libertad, paz, respeto, responsabilidad, sencillez, tolerancia y unidad. Observa que muchos –si no todos- de los valores que podemos proponer están implícitamente incluidos en estos doce, como: justicia, armonía, verdad, rectitud, servicio, autonomía, igualdad, solidaridad, compañerismo y confianza.. 

La otra cuestión importante es la coherencia en nuestros actos con los principios que defendemos, o sea, la integridad de carácter. Desgraciadamente, muchos son los que dejan de lado los valores más básicos y apelan al “todo vale” a la hora de conseguir sus objetivos: llevarle ventaja a un colega, sobornar a las autoridades para obtener favores, beneficiar a una persona en perjuicio de otra, usar medios ilícitos para conseguir los resultados deseados...Los valores no son algo que se pueda profesar de boca si no se cree en ellos realmente. Solo se tiene en la medida en que los reafirmamos con nuestras actitudes. Sin eso, no son valores, sino solamente un discurso vacío. 

Pero, ¿por qué esta reflexión sobre los valores? ¿Qué tiene esto que ver con el mundo empresarial? Tiene mucho que ver. Las empresas modernas son cada vez mas parecidas a la vida de las personas: eligen un objetivo (el equivalente empresarial de propósito humano), y entre otras cosas, definen los valores que seguirán en el cumplimiento de ese objetivo. Si un fabricante de medicinas tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas y adopta como valor el respeto a medio ambiente, no podrá, por ejemplo, contaminar ríos con residuos industriales. 

Tienes que estar de acuerdo conmigo en que una persona que tiene unos valores bien definidos y actúa conforme a ellos, está capacitada para entender los valores de la empresa y cuidar de que sean respetados. Además, un empleado de principios sólidos, íntegro y ético es alguien que deseamos tener cerca. 

 Por una organización con valores, Ponte en Marcha!

martes, 9 de agosto de 2016

Lo que las empresas y los emprendedores buscan y las universidades no enseñan (2) PROPÓSITO.


Lo que las empresas  y los meprendedores buscan y las universidades no enseñan. 

 PROPÓSITO 

¿Te has parado a pensar cómo elegiste lo qué querías ser en la vida? Si fue a partir de una motivación íntima, algo parecido a la pasión, es probable que sepas cuál es tu propósito. Porque el propósito es nada más y nada menos que esto: la convincción interior de que nacemos para hacer una determinada cosa. 

Creo conocer bien al ser humano, por lo que diría que hay grandes posibilidades de que esa elección se haya hecho a partir de factores externos, no internos. Es así como la mayoría de nosotros hemos sido enseñados y estimulados para seguir los modelos de éxito de otros. Tenemos tendencia a elegir la carrera que parece más prometedora, mejor pagada, que nos pueda dar poder o estatus, la carrera, al final, que nos dé los mismo resultados que a las personas con éxito. 

Lo que raramente nos enseñan, desgraciadamente, es a cuestionarnos: “¿Qué me gustaría ser realmente? ¿Cuál es mi vocación? ¿Si no me tuviera que preocupar por la supervivencia, qué eligiría en la vida?”. A través de estas preguntas, sugiero que reflexiones si estás siguiendo o no tu propósito

Para quien elige hacer lo que realmente le gusta, la vida profesional fluye fácilmente. Está claro que la persona encuentra obstáculos, pero el hecho de apasionarse con lo que hace le da energía para superarlos y ganas de esmerarse cada vez más. Otro sentimiento muy presente en quien sigue su vocación es la importancia de hacer lo que hace, lo cual justifica y da sentido a sus actos. Cuando encontramos ese sentido en aquello que hacemos, valoramos más nuestro trabajo y nosotros mismos. 

Ahora, piensa conmigo: ¿a qué empresa no le gustaría tener un profesional profundamente identificado con lo que hace? La persona que se mantiene firme en su propósito tiende a trabajar con serenidad, empeño e interés por su promoción. Tiene un gran sentimiento de compromiso. Hoy día, las empresas necesitan a gente comprometida. Seguir nuestra vocación, como ves, no solo te convertirá en un profesional satisfecho, sino también apetecible en el mercado laboral.

Busca tú propósito y Ponte en Marcha!