viernes, 24 de mayo de 2019

Emprender es como hacer una travesía en velero.


Emprender es como hacer una travesía en velero.

¿Sabíais que la navegación es una actividad tan antigua como la humanidad? Si tenéis pensado vivir la experiencia de ser marineros, no necesitáis tener habilidades previas pero sí debéis saber algunos conocimientos básicos para emprender esta expedición.

Muchas veces, la botadura de un proyecto emprendedor, atravesará tempestades que no podrá esquivar y que lo apartarán de su rumbo, pero al igual que en cualquier travesía, para hacer frente al desánimo, la frustración y a veces hasta la desesperación, la actitud más favorable no es luchar contra las olas, sino navegar a su favor “correr el temporal” y esperar que amaine, con paciencia, constancia y tesón. Porque con la calma chicha, el emprendedor como los veleros, podrá fácilmente dar un golpe de timón y poner rumbo hacia su destino. 

Pero emprender, al igual que el mar, no es para los que tienen prisa, ni para los que tienen los planes muy definidos y no están dispuestos a cambiarlos. Es para los que marcan una dirección, un rumbo, y se dejan ir guiando por los acontecimientos. 

Un mar de dudas. Es evidente que a nadie se le ocurriría navegar si no sabe interpretar una carta de navegación y no tiene la formación adecuada para dirigir una embarcación. Siguiendo este ejemplo, nadie en España en su sano juicio diría, un día de niebla y con mal tiempo, “venga, vamos a echarle corazón y huevos, que el mundo es de los valientes y crucemos el Estrecho”. A veces el emprendedor se lanza sin salvavidas, porque solo ve como alternativa “emprender o morir”.

Sin embargo, la mar esconde muchos obstáculos imprevisibles que no son fáciles de vencer. En medio del océano, los problemas se acumulan y la moral se resquebraja y la confianza se pierde rápidamente. Las situaciones se precipitan, las pormenorizadas previsiones realizadas antes de zarpar fallan una y otra vez, y la tripulación al igual que el emprendedor necesita imperativamente que las cosas funcionen. La travesía, como la aventura de emprender, exige un aprendizaje continuo.  

Siempre hay que tomar precauciones, llevar dispositivos de seguridad y emergencia por si sucede algún contratiempo”. Depende del clima donde se practique, también es importante aplicaros un protector solar en épocas de sol, un calzado impermeables y ropa que resista el agua, y un buen equipo de abrigo si salís a navegar a primera o última hora del día.

Emprender un negocio puede llegar a ser como vivir en un mundo diferente. La posibilidad de crear algo nuevo es hermosa, hay que tomar riesgos, es fascinante de admirar, te inspira a hacer cosas nuevas y requiere de un esfuerzo continuo para poder poder sobrevivir en él. 

Pero cómo un velero en alta mar, la trayectoria de un proyecto emprendedor puede zozobrar a la mínima inclemencia meteorológica; o, por el contrario, resistir contra viento y marea hasta alcanzar el puerto de destino. 

Porque las múltiples dificultades que uno se encuentra en alta mar (viento, marea, frío, …) pueden compararse con las barreras que entorpecen nuestro proyecto emprendedor. Una cubierta mojada y resbaladiza, una escota que no se puede amollar cuando más se necesita, una driza que se rompe o una vela hecha jirones desatan las mismas reacciones que nos asaltan cuando perdemos un cliente, la tesorería no llega, y las previsiones no se cumplen. 

Todo lo anterior, se parece mucho a la vida de un marinero. Que también es un emprendimiento que para el cual pocas personas están hechos, pero en el proceso pueden aprender valiosas lecciones que pueden servir para cualquier emprendimiento que se realice en tierra. Aprovechar experiencias de terceros puede ayudar enormemente a ajustar nuestras perspectivas a la hora de emprender. 

“Los barcos están seguros en el puerto, pero no fueron construidos para eso” 

La experiencia del mar es capaz de recordarte sin problemas tu propia mortalidad. En el mundo moderno, es normal olvidarse de que los frágiles que somos. Como emprendedores debemos seguir nuestra pasión, pero también vivir con alegría valorando lo que es realmente importante, debido a que nunca sabemos cuándo será nuestro último día en esta tierra. 

Algunas veces las condiciones son favorables, otras veces serán adversas. En el mar puedes conseguir vientos de hasta 55 nudos y fuertes corrientes. Eso es lo que un meteorólogo llamaría un clima inclemente pero un marinero experto debería ser capaz de sortearlo confortablemente. Ya que él no pelearía con el mar, porque sabe muy bien que el mar tiene momentos así. En tiempos de clima inclemente, a veces la mejor decisión es seguir la corriente.

Cuando un emprendimiento ha avanzado, las cosas empiezan a moverse fácilmente por algún tiempo pero otras veces tienes que pelear y esforzarte por llegar a donde quieres. Algunas veces estas luchas serán fútiles debido a las circunstancias; pero algunas veces el fracaso se deberá por la manera en la que te enfrentaste al problema. 

Debes aceptar que algunas veces las condiciones te favorecerán y otras no lo harán. Pero debes saber que estas siempre van a cambiar. Si te aferras a tu proyecto y estás preparado para los embates que te encontrarás en el camino de vez en cuando, eventualmente llegarás a tu destino. 

El liderazgo lo es todo. Aunque estar en el mar parezca ser una labor tranquila y serena, todo puede cambiar de manera muy brusca y convertirse en una situación peligrosa sin previo aviso. Todas las personas a bordo necesitan de un alto grado de dominio propio para asegurarse de estar listos para realizar de manera inmediata, cualquier tarea que sea necesaria.

Cuando una situación peligrosa empieza a desarrollarse, los marineros deben reaccionar y la persona a cargo debe ponerse al mando del problema inmediatamente. No hay nada que te pueda ayudar de manera inmediata, aparte de las personas y el equipamiento que lleves a bordo. El personal necesita tener fe en el liderazgo y los líderes necesitan demostrar tenacidad y temple a la hora de dar órdenes.

A diferencia del mar, la falta de liderazgo puede que no represente una diferencia entre la vida y la muerte en la mayoría de las situaciones que sobrellevamos normalmente. Pero un fuerte liderazgo, de uno mismo y de otros, es la clave para mantener un negocio naciente a flote. Es una poderosa herramienta que debe ser usada para lograr los objetivos de la empresa. Siempre preocúpate por desarrollar tus habilidades de liderazgo debido a que serán ellas las que lleven a tu negocio a buen puerto, sea lo que sea a lo que te dediques.

No puedes ser un solitario lobo de mar. En el mar, dependes de tu tripulación para todo. Tienes que trabajar con ellos, comer con ellos, vivir con ellos y socializar con ellos. No puedes aislarte y tratar de sobrevivir por tu cuenta. 

La gente en la vida diaria muchas veces trata de convertirse en un ejército de un solo hombre a la hora de emprender debido a que no confían en los demás. Algunas personas defienden con tanta ferocidad su autosuficiencia, que no logran abrirse a los demás y mucho menos permitir que los ayuden. 

Las relaciones humanas son un factor crítico de cualquier negocio. Asegúrate de apartar tiempo para nutrir las relaciones con tus empleados, tus proveedores, tus clientes, tus competidores y la gente que es importante para ti; si descuidas las relaciones y conexiones que has creado con tu empresa, puede que un día despiertes y descubras que tu negocio es una solitaria boya a la deriva en medio del océano, sin posibilidades de tocar tierra de nuevamente.

Por la boca muere el pez. Y en esos momentos de frustración, desánimo, furia, desesperación, … sólo el control de las emociones y la búsqueda de una solución serena, tras analizar el problema, diagnosticar las causas y analizar las posibles soluciones antes de decidir y actuar, nos sacarán de la tormenta.

Porque en definitiva, uno no puede cambiar la dirección del viento, ni la fuerza de la mar, ni el tamaño de las olas, ni la corriente que arrastra nuestro velero a la deriva, pero si puede adaptar la orientación de las velas y del timón. O, simplemente dejar de luchar inútilmente contra las olas y dejar correr el temporal.

Lobos de mar, ¿estáis preparados para Poner en Marcha vuestra expedición?

jueves, 16 de mayo de 2019

Emprender es como hacer ilusionismo.


El ilusionismo. El arte de lo imposible.
El ilusionismo, que durante siglos ha fascinado a la humanidad, al igual que el emprendimiento, vive un momento de auge. Proliferan los aficionados, los proyectos y negocios, y la disciplina ha saltado incluso a la universidad.
 
En el siglo XXI, los hombres siguen rindiéndose al embrujo de los prestidigitadores, esos artistas capaces de engañar al cerebro y de crear “momentos mágicos” de la nada. “Nuestro trabajo es crear ilusión y no otra cosa”. El emprendimiento se basa en la ilusión y no en el poder del abracadabra.

La magia es el arte escénico de lo imposible.Es el espectador quien sostiene el pensamiento mágico subyacente en cualquier juego de ilusionismo” .

Siempre hay un truco, pero tenemos la sensación de estar presenciando un prodigio. Por eso los expertos, como a la hora de emprender, insisten en que el elemento esencial es la psicología, la capacidad para manejar y guiar al público. 

Pero el mago ha de construirse un personaje y un lenguaje propio: “No solo es necesaria la habilidad manual”, de hecho, el arte empieza cuando la técnica desaparece, cuando deja de tener importancia. El mago, como el emprendedor es, además de un artista, un inventor. Aunque el punto de partida sea un juego clásico, , o una simple idea, siempre hay que aportar algo. 

No obstante, hay quien prefiere utilizar siempre el término ilusionista antes que mago y referirse al juego como tal, y no como truco, que tiene una connotación de engaño.
Ahora que está de moda emprender, también se prefiere el término de emprendedor al de empresario. 

El poder de la "varita mágica". La profesionalidad de un mago ha de medirse por el dominio no solo de la técnica del juego en sí, sino también de la psicología del espectador y del medio a través del cual se expresa, de manera que no es lo mismo un espectáculo de calle que otro desarrollado en un teatro o, ya en nuestra época, ante las cámaras de televisión, o al emprender on-line.
 
“El público perdona un error, pero no el aburrimiento”. Es necesario preparar planes para salvar el error, que siempre está ahí y puede ocurrir. El espectáculo debe continuar. De la misma manera que en las empresas existen planes de contingencia, en el mundo de la magia es fundamental tener todo planeado, e incluso prever qué hacer si el truco falla; aunque en ambos casos surgen imprevistos que sólo puedes salvar con tu bagaje profesional, e intentar que el público no se dé cuenta.

Si en la empresa es fundamental la satisfacción del cliente, en el show es básico que el espectador continúe en la historia y no sacarlo bruscamente. Por eso, uno de nuestros temas es cómo gestionar los errores y convertirlos en éxitos. Un mago no es nada sida sin su público, al igual que una empresa sin sus clientes.

Emprender es aprender a pensar como un mago para, precisamente, generar ilusión en los equipos de trabajo y descubrir el camino a la excelencia de otra forma. Al final, lo que hace un mago es generar experiencias memorables, conseguir lo imposible, ilusionarte delante de tus ojos, gracias a diferentes técnicas psicológicas y secretas que permiten generar recuerdo en el público. El buen mago es aquel que logra implantar en la mente de los espectadores la sensación de haber visto algo único e increíble.

Traspasar este logro al mundo empresarial y que los directivos sean capaces de generar ilusión a los equipos, a los clientes, y conseguir que su organización, marca o producto sea ilusionante, a través de la magia y de otras prácticas, es ilusionismo empresarial.

Hacer negocios es un arte en sí mismo, un arte que no dista tanto de hacer un juego de magia. En ambos casos, la preparación, la presentación y la ejecución son absolutamente esenciales para conseguir el objetivo de que ocurra algo de manera casi milagrosa con un resultado exitoso y sorprendente, desde el juego de las manos más simple hasta cualquier tipo de proyecto empresarial.

El dominio de la psicología “el conocimiento de cómo responden las personas a determinados estímulos”, es esencial para conducir con tacto y habilidad todo el proceso de desarrollo, con el fin de obtener el resultado deseado. A esto tendremos que unir también el entusiasmo, esa fuerza de la ilusión, sin la que cualquier empeño está destinado al fracaso. Talento, determinación, sagacidad, paciencia y perseverancia, son la clave de cualquier proyecto exitoso. Y no dejes de guardar un as en la manga, para sorprender y superar las expectativas de tú cliente.

Tanto en la magia como en el mercado, lo previsible no funciona, sí lo sorprendente. El reto convertirnos en empresas inteligentes, que consiguen que personas normales, como los magos, produzcan efectos extraordinarios. Piensa que si fuera fácil lo haría todo el mundo.

Cree en tu magia, Ponte en Marcha!, y no confundas lo difícil con lo imposible.

viernes, 10 de mayo de 2019

Emprender es como montar en globo.


Emprender es como montar en globo. El sabor de una aventura. 

Al volar en globo sentimos todo tipo de emociones. Nunca será igual para todos. Emprender es también una aventura que nos hará sentir todo tipo de emociones.

Esa sensación que muchos calificarían de nervios, nosotros los “emprendedores” la calificamos como “el sabor de la aventura” por sus connotaciones de riesgo y de emociones contradictorias.

Esa sensación en la boca del estómago de algo nuevo y desconocido nos espera, sea en el primer viaje en globo o en nuestra primera experiencia emprendedora, es una respuesta fisiológica y emocional producida por una activación mental de ciertos mecanismos ante situaciones de riesgo y/ó incertidumbre. Estos estímulos se activan cuando vamos a emprender algo que desconocemos pero que nos gusta o apetece, haciendo que la experiencia parezca atractiva.

Pero en tales situaciones, siempre nos acompañarán los miedos y pequeñas inseguridades ante lo desconocido, pero que pronto se quedarán en el olvido cuando emprendamos nuestro viaje y empecemos a disfrutar de las sensaciones de libertad, al explorar nuevas sensaciones, que nos producían miedo más por desconocerlas que por ser verdaderas.

Porque al igual que montar en globo, al emprender las sensaciones serán distintas porque los problemas vistos desde arriba, desde dentro de la “canasta” se ven pequeños y quedan lejos. La experiencia del día a día mos demostrará que nuestros miedos y preocupaciones son menores, pero que no por eso nuestra actividad está exenta de dificultades y obstáculos que dificultarán nuestro avance en el viaje.

Al final, aprovechando los vientos favorables, dejándonos llevar a donde nos empujen, y otras veces soltando lastres y gestionando el poder de nuestros “quemadores” podremos disfrutar de la experiencia con la satisfacción de un sueño cumplido.

Porque al igual que los globos flotan como una semilla llevada por la brisa, las ideas emprendedoras necesitan del empujer del emprendedor para germinar y crecer.

Vence tús miedos, Ponte en Marcha ! y saborea la aventura.

domingo, 5 de mayo de 2019

Emprender es como jugar al golf.


Emprender es como jugar al golf. 

El golf es una actividad deportiva que consiste en embocar una bola de pequeñas dimensiones en un hoyo mediante distintos tipos de palos, empleando para ello el menor número de golpes posibles. Por su parte emprender es una actividad económica que consiste en desarrollar una idea hasta convertirla en un negocio rentable, empleando para ello los menores recursos posibles. 

Al igual que el golf constituye un desafío a las habilidades de cada uno dado que, en el fondo, no se juega contra nadie, sino contra sí mismo. Por ello conlleva una serie de valores –humildad, sacrificio, tolerancia, etc– sumamente positivos y apreciados.

Para jugar al golf se utilizan una serie de palos, con los que se golpea la bola. Normalmente la bolsa de palos está integrada por cuatro maderas y diez hierros. Para emprender se necesitan una series de habilidades unas duras ó más racionales y otras blandas o más emocionales.

Al igual que en el golf en donde cada uno de los palos tiene una misión específica, alcanzándose distancias diferentes según su tipo, al emprender tenemos que utilizar nuestras habilidades en función de la actividad y requerimiento que cada actuación necesita. En general en el golf, la madera se emplean en los golpes largos; los hierros, para golpes intermedios, en situaciones desfavorables o en golpes de aproximación; el putter, para embocar la bola en el agujero cuando se llega al green, también al emprender tenemos que escoger bien nuestras habilidades y combinarlas en función de los objetivos, pues uno de los grandes errores al emprender es creer que con una capacidad técnica para el desarrollo del producto o servicio es suficiente, e intentamos vender por características técnicas y no por las soluciones y valor que aportamos.

Algunos de los principales errores que comete todo emprendedor y practicante del golf. 

1- Comprar un equipo inadecuado. Es cierto que invertir en un buen equipo de palos es esencial para jugar al golf. Muchos principiantes caen en el error de comprarse un equipamiento sin saber cómo es su juego ni sus características como jugador. El emprendedor no solo tiene que rodearse del equipo que mejor se adapte a las necesidades del proyecto y no a sus preferencias, sino que además debe de invertir lo mínimo para lanzar su PMV (producto mínimo viable).

2- Pegar sin control. Es cierto que hay que dar muchos golpes para aprender a jugar a este deporte. Pero también es cierto que es mejor dar pocos golpes, bien dados, que muchos mal. Así que ten esta máxima presente: más vale calidad que cantidad. Para emprender es mejor empezar en un nicho, con enfoque que no querer abarcar todo el mercado. Hacer en pequeño y pensar en grande.

3- Analizar el swing mientras se hace. Para hacer un buen swing hay que concentrarse. Pero si nos concentramos en exceso y tratamos de analizar el swing que estamos dando justo cuando lo hacemos, podemos bloquearnos. Al emprender, primero haz, a continuación mide y seguidamente corrige.

4- No tener paciencia. El golf es un deporte de largo recorrido. Si te gusta, puedes practicarlo durante toda la vida. Pero has de tener paciencia. Al principio, como en cualquier deporte si no sabes jugar, puede parecerte algo tedioso. El éxito del pelotazo no es la norma del emprendimiento, es una carrera de fondo, donde de vez en cuando hay que realizar algún sprint, pero sin desfallecer.

5- En el golf a la hora de apuntar es común que fijemos la bandera como referencia, pero esto suele ser un error. Es imprescindible que fijemos una estrategia para atacar cada hoyo, de esta manera golpearemos desde lugares favorables para acercarnos al green. Al igual que al emprender de lo que se trata es de establecer una estrategia y seguirla. No hay que buscar ventas sino márgenes, porque como en el golf, el camino recto no siempre es el más rápido.

6- No todo el mundo vale para emprender, hay que tener mucha auto-disciplina y seguridad en uno mismo para no perder el foco. Al igual que en el golf, la concentración es esencial para mejorar nuestros resultados. Si no estás preparado mentalmente antes de cada golpe no tendrás una idea clara de lo que quieres hacer, y por lo tanto, tendrás que improvisar cada golpe.

7- No pongas excusas. El viento, la lluvia o el estado del terreno es igual para todos, si te centras en los factores externos no podrás concentrarte en tus propios golpes. Si decides emprender ocúpate de lo que puedas controlar, ya que centrarse en el entorno sólo sirve para poner excusas ante estos errores que acabamos de enumerar y algunos otros.

En general, al igual que en el golf, al emprender, es muy importante no forzar los movimientos y ser siempre muy constante y paciente.

Por todo ello, sal al campo y Ponte en Marcha y disfruta de la partida.