jueves, 16 de mayo de 2019

Emprender es como hacer ilusionismo.


El ilusionismo. El arte de lo imposible.
El ilusionismo, que durante siglos ha fascinado a la humanidad, al igual que el emprendimiento, vive un momento de auge. Proliferan los aficionados, los proyectos y negocios, y la disciplina ha saltado incluso a la universidad.
 
En el siglo XXI, los hombres siguen rindiéndose al embrujo de los prestidigitadores, esos artistas capaces de engañar al cerebro y de crear “momentos mágicos” de la nada. “Nuestro trabajo es crear ilusión y no otra cosa”. El emprendimiento se basa en la ilusión y no en el poder del abracadabra.

La magia es el arte escénico de lo imposible.Es el espectador quien sostiene el pensamiento mágico subyacente en cualquier juego de ilusionismo” .

Siempre hay un truco, pero tenemos la sensación de estar presenciando un prodigio. Por eso los expertos, como a la hora de emprender, insisten en que el elemento esencial es la psicología, la capacidad para manejar y guiar al público. 

Pero el mago ha de construirse un personaje y un lenguaje propio: “No solo es necesaria la habilidad manual”, de hecho, el arte empieza cuando la técnica desaparece, cuando deja de tener importancia. El mago, como el emprendedor es, además de un artista, un inventor. Aunque el punto de partida sea un juego clásico, , o una simple idea, siempre hay que aportar algo. 

No obstante, hay quien prefiere utilizar siempre el término ilusionista antes que mago y referirse al juego como tal, y no como truco, que tiene una connotación de engaño.
Ahora que está de moda emprender, también se prefiere el término de emprendedor al de empresario. 

El poder de la "varita mágica". La profesionalidad de un mago ha de medirse por el dominio no solo de la técnica del juego en sí, sino también de la psicología del espectador y del medio a través del cual se expresa, de manera que no es lo mismo un espectáculo de calle que otro desarrollado en un teatro o, ya en nuestra época, ante las cámaras de televisión, o al emprender on-line.
 
“El público perdona un error, pero no el aburrimiento”. Es necesario preparar planes para salvar el error, que siempre está ahí y puede ocurrir. El espectáculo debe continuar. De la misma manera que en las empresas existen planes de contingencia, en el mundo de la magia es fundamental tener todo planeado, e incluso prever qué hacer si el truco falla; aunque en ambos casos surgen imprevistos que sólo puedes salvar con tu bagaje profesional, e intentar que el público no se dé cuenta.

Si en la empresa es fundamental la satisfacción del cliente, en el show es básico que el espectador continúe en la historia y no sacarlo bruscamente. Por eso, uno de nuestros temas es cómo gestionar los errores y convertirlos en éxitos. Un mago no es nada sida sin su público, al igual que una empresa sin sus clientes.

Emprender es aprender a pensar como un mago para, precisamente, generar ilusión en los equipos de trabajo y descubrir el camino a la excelencia de otra forma. Al final, lo que hace un mago es generar experiencias memorables, conseguir lo imposible, ilusionarte delante de tus ojos, gracias a diferentes técnicas psicológicas y secretas que permiten generar recuerdo en el público. El buen mago es aquel que logra implantar en la mente de los espectadores la sensación de haber visto algo único e increíble.

Traspasar este logro al mundo empresarial y que los directivos sean capaces de generar ilusión a los equipos, a los clientes, y conseguir que su organización, marca o producto sea ilusionante, a través de la magia y de otras prácticas, es ilusionismo empresarial.

Hacer negocios es un arte en sí mismo, un arte que no dista tanto de hacer un juego de magia. En ambos casos, la preparación, la presentación y la ejecución son absolutamente esenciales para conseguir el objetivo de que ocurra algo de manera casi milagrosa con un resultado exitoso y sorprendente, desde el juego de las manos más simple hasta cualquier tipo de proyecto empresarial.

El dominio de la psicología “el conocimiento de cómo responden las personas a determinados estímulos”, es esencial para conducir con tacto y habilidad todo el proceso de desarrollo, con el fin de obtener el resultado deseado. A esto tendremos que unir también el entusiasmo, esa fuerza de la ilusión, sin la que cualquier empeño está destinado al fracaso. Talento, determinación, sagacidad, paciencia y perseverancia, son la clave de cualquier proyecto exitoso. Y no dejes de guardar un as en la manga, para sorprender y superar las expectativas de tú cliente.

Tanto en la magia como en el mercado, lo previsible no funciona, sí lo sorprendente. El reto convertirnos en empresas inteligentes, que consiguen que personas normales, como los magos, produzcan efectos extraordinarios. Piensa que si fuera fácil lo haría todo el mundo.

Cree en tu magia, Ponte en Marcha!, y no confundas lo difícil con lo imposible.

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