miércoles, 20 de noviembre de 2019

Emprender es una p... locura.

Emprender es una p… locura. Una cosa de locos, inadaptados, rebeldes, … que no respetan el status quo. 

Este es un tributo para los locos. Los inadaptados. Los rebeldes. Los problemáticos. Los que van en contra de la corriente. Los que ven las cosas de manera diferente. Ellos no son aficionados a las reglas. Y no tienen ningún respeto por el status quo. Puedes citarlos, estar de acuerdo con ellos, glorificarlos o vilipendiarlos. Pero la única cosa que no puedes hacer es ignorarlos. Porque ellos cambian las cosas. Empujan a la raza humana. Y mientras que algunos pueden verlos como locos, nosotros los vemos como genios. Porque las personas que están suficientemente locos como para pensar que pueden cambiar el mundo son los que lo hacen. 

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El origen. Aquello en lo que te fijas determina aquello que no ves. 

“Tenemos dos vidas, y la segunda comienza cuando nos damos cuenta de que sólo tenemos una”. –Confucio- 

En muchas etapas de nuestra vida, los seres humanos actuamos como los famosos perros de Pavlov. Cuando los animales estaban hambrientos, el médico ruso Pavlov les enseñaba un trozo de carne mientras tocaba una campana. Al ver el trozo de comida, los perros salivaban como una señal física de que tenían hambre. Una vez repetido el mismo patrón unas cuantas veces, se tocaba de nuevo la campana, esta vez sin enseñarles la carne, y los perros salivaban igualmente. 

Es decir, se había condicionado a los perros con un estímulo arbitrario (la campana) para desarrollar un comportamiento concreto (salivación) sin necesidad de mostrarles el estímulo original (la carne). Los perros eran manipulados y condicionados con un objetivo concreto. 

No nos damos cuenta, pero nosotros actuamos igual. Nuestros estímulos son más sofisticados que una campana, pero estamos igualmente condicionados con ideas erróneas sobre el éxito y la felicidad, que hemos interiorizado por medios como la publicidad, los medios de comunicación, la educación, etc. Esto nos lleva a una carrera frenética para conseguir objetivos, muchas veces no establecidos realmente por nosotros mismos, sino por otras personas o por las presiones de la sociedad. Es verdad que el hombre es un depredador de objetivos. Los necesita para superarse, para avanzar y sentirse realizado. Sin embargo, en nuestra sociedad occidental, estamos demasiado obsesionados con los objetivos, estamos orientados y programados como los perros de Pavlov a conseguir resultados. Y si no los logramos, somos unos inútiles o unos fracasados. Eso es lo que nos dicen.

En el colegio aprendes a ser “empleado”. De hecho, la escuela es como la versión infantil de la oficina. 

Y una vez entrenado por el sistema educativo ya asumes como “empleado” que puedes ser usado, manipulado, utilizado, …, y llegas a creer que la vida es eso, y llegas a pensar que la vida es eso, y hasta piensas que eres alguien “el rey del mambo”, hasta que descubres que eres sustituible y “estás fuera de servicio”. 

Pero llega un momento en el que no quieres seguir obedeciendo órdenes. 

Y en este punto, bien por devoción, bien por obligación empiezas a diseñar tu plan de marca (P.D.M. “Plan para dominar el mundo”). 

Y van ocurriendo cosas, muchas cosas, casi todas buenas, pero no por fuerzas ocultas del universo sino por tu tesón, esfuerzo y curro. 

Cuando trabajas por tu cuenta nadie te dice lo que tienes que hacer, y eso mola, pero a su vez, y este es el lado oscuro, nadie te dice lo que no tienes que hacer.

Y el resto, todo lo que necesitas saber para convertir tu pasión en tu profesión, es una p... locura.

Y entonces al ponerte en marcha, tú vida como emprendedor se convierte en una p... locura, porque te toman por loco y hacen comentarios como: estás loco eso no se puede hacer, estás loco deja de hacer el tonto y ponte a trabajar, estás loco para abrir un negocio se necesita dinero; y así la palabra loco es una constante en la vida de un loco emprendedor. Por todo ello, llegué a la conclusión de que emprender es cosa de locoslocos los que no creen en ti y locos los que nos atrevemos a emprender para hacer ese cambio. También aprendí a darme cuenta que la peor etapa del joven emprendedor está en la aceptación de la sociedad, el explicarle a un grupo de personas que fueron educadas a estudiar para sacar buenas calificaciones, para encontrar el mejor trabajo pagado, para trabajar de 8 a 10 hrs, para trabajar y trabajar hasta esperar que pasen 30 años y jubilarte; y entonces ser feliz. No gracias. 

Mejor ser un emprendedor loco, dejar que te llamen loco, por qué tú y yo sabemos que emprende es cosa de locos.

Solo recuerda lo que dijo el mejor emprendedor de la historia: 

Las personas que están lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo son las que lo cambian. 

Steve Jobs 
 Ponte en Marcha! Y a disfrutar de tú p... locura.

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