jueves, 7 de diciembre de 2017

¿Qué demanda el profesional con puesto cualificado, para lograr su retención y gestión adecuada?


El reto actual ya no se centra solamente en atraer el talento. Además de eso, hay que gestionarlo de acuerdo con lo que el propio talento demanda. 

La cultura de dirección ha evolucionado en este nuevo siglo y, de ser los jefes los que exigían a sus empleados debido cumplimiento, se ha pasado a un nuevo paradigma y ahora son los buenos profesionales, con puestos cualificados, los que exigen a sus directores que cumplan con lo que se espera de un buen jefe. Antes, si un empleado con puesto cualificado no estaba a gusto, aguantaba sumiso hasta límites hoy impensables. En el entorno empresarial del siglo XXI, si un buen profesional no cubre sus expectativas, simplemente se marcha o, peor aún, se queda desmotivado, lejos de aportar todo su potencial. 

La fórmula mágica. 
La investigación “Factores de fidelización de profesionales cualificados” reveló que retener el talento y obtener su permanencia entusiasta requiere integrar en el día a día de la empresa al menos siete conceptos imprescindibles en la dirección de personas: posibilidades de desarrollo, calidad de relación con el jefe directo, sueldo fijo, reconocimiento, aprendizaje y formación, calidad de la alta dirección, y conocimiento y credibilidad del proyecto de empresa. 

En suma, el presente, el día a día en el trato con el jefe, y el futuro en cuanto a desarrollo profesional, la credibilidad del proyecto de empresa, la calidad de la alta dirección y el aprendizaje son los puntos clave a la hora de retener a los mejores. A la vista de las respuestas, el talento de los profesionales con puestos cualificados no huye por cuestión de dinero, se va por no ver claras sus posibilidades de desarrollo y no disfrutar de un management de calidad; entonces, sólo entonces, el sueldo queda corto. 

Sin embargo, esta fórmula sólo es mágica si el jefe entiende que una de sus tareas primordiales consiste en gestionar eficazmente. Para ello ha de dar respuesta a lo que se espera de él, es decir, unos hábitos coherentes y consecuentes con el liderazgo exigido por el equipo, lo que supone un esfuerzo continuado a lo largo del tiempo. 

Del estudio “¿Qué se espera del jefe?” quedó patente que entre esos hábitos debe estar, obligadamente, escuchar y contar con las ideas y opiniones de los colaboradores, no sólo mandar. Incluso cuando manda, debe saber hacerlo dentro de los principios básicos del comportamiento de liderazgo, para lograr que la comunicación de las tareas y decisiones sea clara y permita posteriormente reforzar la coherencia del comportamiento del jefe. 

Examinemos, por última vez, la fórmula mágica: Optemos simplemente por ser buenos jefes, buenos comunicadores, consecuentes y coherentes, y en esa coherencia reconozcamos lo que se hace bien. A estas cualidades sumémosles posibilidades de desarrollo. 

Simplemente, porque los profesionales con puestos cualificados “quieren cancha” y, si ven que han llegado a su techo, que se les acaban los retos, empiezan a desilusionarse. Además de con un buen jefe, es imprescindible contar con un buen sueldo fijo, pero debidamente acompañado del justo reconocimiento en el día a día y buenas oportunidades de aprendizaje y formación. 

Y para acabar de cerrar el círculo, lo siguiente: una elevada calidad de la alta dirección, con un buen proyecto de empresa. 

Por decirlo de otra forma, cuando los factores principales fallan, el sueldo deja de compensar y parece que entonces el grito de guerra fuera “Éste es poco sueldo…para aguantar todo esto”. A partir de ahí, el talento no es que sea difícil de retener o gestionar: es que, simplemente, huye.

Por todo ello si quieres gestionar el talento de los profesionales con puesto cualificado, aplícate la fórmula mágica y Ponte en Marcha!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ayúdanos a Ponernos en Marcha y comparte tu experiencia, comentario u opinión. Juntos emprederemos la ruta del éxito.