viernes, 14 de diciembre de 2012

Actitudes para el éxito

El éxito que acompaña a los emprendedores triunfadores no es gracias a la fortuna, se debe a las actitudes que los impulsan y les sirven de guía. Auto motivación, constancia y valentía para fijar los objetivos y metas que marcan el rumbo al emprendimiento. Si cuentas con la idea, trabaja en el proyecto, tú también tienes talento.

AUTO MOTIVACIÓN

La auto motivación no es una facultad llegada por gracia divina, posiblemente todos podemos ser personas de arranque, pero se hace probable cuando identificamos un motivo, fijamos la meta y pasamos a la acción. Conocer las coordenadas del mapa actual y saber el destino al que queremos llegar es esencial. Si avanzamos solo guiados por la brújula, seguramente nos perdamos y de nada servirá que después nos lamentemos. 

Son las ganas por alcanzar nuestros sueños las que animan en la andadura, un aliento que se convierte en aliciente para superar cada etapa.

CONSTANCIA Y AUTO DISCIPLINA

Fijada la ruta debemos organizarla. Establecer los plazos y la estrategia que faciliten nuestro camino para llegar a la meta, recurriendo a la constancia necesaria para alcanzar el objetivo. Trabajar diariamente con disciplina, evitando que la frustración a mitad de trayecto nos haga abandonar, afrontando cada tramo sin rendirse ante sus cuestas y continuar a pesar del terreno embarrado.

Con el objetivo fijado y conocida la ruta que dirige a él. No podemos permitirnos que nuestro deseo se resista, trabajo con disciplina y constancia para superar los obstáculos y decisión para ponerse en marcha. Es la hora de arrancar, el mejor momento para hacerlo porque nunca llegará el momento perfecto.

VALENTÍA

Nuestros valores y creencias hacen de la valentía una actitud necesaria en el día a día, es justo dar el paso sin escondernos tras la cobardía, demostrándonos que tenemos potencial y fortalezas para no renunciar a nuestra convicción.

Se requiere valentía para conocer nuestro sueño y descubrir el plan para lograrlo, persiguiendo la meta de las aspiraciones personales. Su fuerza se necesita para que no se duerma la mente creativa, afrontar los problemas y tomar la iniciativa.

Para no fracasar en la vida no se puede pecar de osadía, renunciando a apostar por llegar al destino deseado. Fueron tus ganas de lograrlo, tu atrevimiento y tu empeño en conseguirlo las que te hicieron soñarlo; por eso se debe arriesgar. Ese empuje se convertirá en la motivación, constancia y disciplina que te ayuden en esta travesía y en la valentía que te decida a iniciarla y te conduzca a la meta.

No arrincones tu idea, PONTE en MARCHA, recorre el camino y alcanza tu meta.

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