jueves, 28 de enero de 2016

Liderazgo: Conviértase en un líder creíble



Muchos directivos con amplias responsabilidades sobre personas y procesos no logran cumplir bien su función porque no inspiran credibilidad a sus colaboradores, lo cual les impide lograr lo mejor de ellos y desarrollar relaciones de colaboración efectivas. La credibilidad se construye con los actos y las actitudes, así que un líder debe poner especial atención en ofrecer un buen ejemplo a su equipo.
Para entender mejor la relación entre el líder y sus seguidores, es necesario abordarla desde el punto de vista del nexo que une a los líderes y a sus seguidores, y cómo ese nexo se puede mejorar. Tenga en cuenta los siguientes párrafos para llegar a ser un líder creíble.

El carácter es importante. Para ser un líder creíble, lo primero que debe hacer es poner en orden sus propios valores, los principios por los que ha decidido regir su vida. Sus valores se pueden observar en cómo se siente, lo que dice, lo que piensa, en cómo toma sus decisiones y cómo actúa. Hasta que no nos conozcamos a nosotros mismos –quiénes somos, qué queremos conseguir y por qué– no podremos tener éxito.
 
Cumpla lo que dice que va a hacer. La credibilidad se consigue con la coherencia entre las palabras y los hechos. La gente escucha las palabras, observa los hechos y a continuación mide la congruencia entre las dos cosas. Si entre ellas existe una coherencia, emite el juicio de “creíble”.

Escuche atentamente. La capacidad de escuchar es una de las características que los líderes creíbles tienen en común. La credibilidad se consigue acercándose a escuchar a los demás, compartiendo experiencias personales, intercambiando conversaciones y participando en el diálogo. Haciendo todo eso los líderes llegan a ser personas y no sólo cargos de responsabilidad, a la vez que dejan patente su interés y su respeto por el resto de la gente.

Para convertirse en líder hay que desarrollar un conocimiento profundo de los valores colectivos y los deseos de los seguidores. Los líderes que sólo se interesan por sus propios asuntos, su propio ascenso profesional o su propio bienestar, nunca serán seguidos de manera voluntaria. Llegue hasta los demás y hágales caso. Esté a su lado, escúcheles. Salga a hablar con sus seguidores y averigüe qué es lo que valoran.

Fomente el espíritu de colectividad. Los líderes creíbles construyen un fuerte sentido de la colectividad. Para poder dirigir a la gente hacia sitios donde nunca ha estado antes, hace falta que el líder vaya por el mismo camino que los seguidores. Y para conseguir que se apunte a marchas de este tipo es preciso que los objetivos y las aspiraciones del líder y de los seguidores sean congruentes. Al mismo tiempo que tienen un gran respeto por la diversidad de sus seguidores, los líderes creíbles saben encontrar puntos de acuerdo en común que incluyan a todos. Saben unir a las personas y hacerlas sentir parte de una causa común. Son conscientes de que los valores compartidos son fundamentales y que suponen un lenguaje común para el trabajo conjunto.

Desarrolle las capacidades. A menudo se oyen casos de personas que han llegado a sentirse más valiosas gracias a la interacción con líderes a los que admiraban y respetaban, y cuyas directrices estaban dispuestos a seguir. La gente no puede contribuir a los objetivos y aspiraciones de una organización si no sabe qué tiene que hacer, ni cómo tiene que hacerlo. Las iniciativas estratégicas, que pretenden conseguir unos niveles de calidad y servicio de primera clase, pueden hacer que la gente se sienta débil e incompetente si no tiene las habilidades y destrezas necesarias. Es fundamental que los líderes desarrollen constantemente las capacidades de sus seguidores para conseguir que éstos mantengan sus niveles de compromiso.

Los líderes creíbles no tienen inconveniente en dejar que salga a relucir el líder que todos llevamos dentro. Lo hacen permitiendo que los demás tomen decisiones, informando constantemente a la gente de la situación, fomentando un clima que propicie la experimentación, el asumir riesgos y el aprender de los errores. Este ambiente de aprendizaje continuo y de desarrollo genera una mayor confianza en uno mismo y una mayor responsabilidad personal. Al fin y al cabo, si todos somos un poco líderes, todos somos responsables de llevar a la organización hacia el futuro.
 
Aprenda sin parar. Los líderes creíbles aprenden constantemente; saben fortalecer la determinación de sus seguidores centrándose en lo que se puede aprender de cada aventura. Los líderes consideran el aprendizaje como un proceso positivo que sirve para sumar, evolucionar, crecer, y no para restar, eliminar o destruir conceptos que se asocian con demasiada frecuencia al cambio. Una buena disposición para aprender es fundamental en los tiempos de cambios turbulentos en los que vivimos. En estos momentos confusos, la gente necesita de sus líderes más energía y entusiasmo, más inspiración y optimismo que en los tiempos de estabilidad y crecimiento.

En los momentos de desafíos y dificultades, los líderes también deben ser un hombro en el que apoyarse, no sólo como soporte, sino también como amigos. Aprovechan su propia experiencia y sabiduría para ofrecer consejo y ayuda. Están ahí para recordar a su equipo que lo puede conseguir, que lo tiene todo para poder llegar a la cumbre.

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