martes, 10 de enero de 2017

Principios mentales del éxito


Los siete principios fundamentales para el funcionamiento de nuestra mente, que juegan un papel decisivo en nuestra vida y que funcionarán independientemente de lo que pensemos sobre ellos (los creamos o no) son los siguientes: 

1. Principio de control: el locus de control interno supone la sensación de que uno domina su propia vida, que uno va hacia donde quiere ir, está satisfecho consigo mismo, tiene sentimientos positivos sobre sí mismo. Por el contrario, el locus de control externo supone la sensación de que algo ajeno le controla, le cuesta tener pensamientos positivos sobre sí mismo, porque su control lo tiene algo externo. 

Si reflexionamos, observamos que las partes de la vida que controlamos son aquellas en que nos sentimos felices. Así, las personas con un foco de control interno muy marcado obtienen más logros, creen en ellas mismas, tienen más éxitos. Son personas más felices. 

Para desarrollar el control interno hay que comprender que éste se inicia en nuestros pensamientos. Los pensamientos y los sentimientos determinan las acciones. Entonces, si desarrollamos pensamientos y sentimientos positivos hacia las cosas, estaremos mejor preparados para conseguir nuestros objetivos (ir de viaje, concertar una cita, cambiar de trabajo, declararse a una chica, etc.). El principio de control ayudará a conseguir las metas que nos hallamos puesto. 

2. Principio del accidente: todo lo que pueda salir mal saldrá mal, a no ser que se planifique lo contrario y se haga algo por evitarlo. La postura pasiva no mejora la situación actual. 

Postura pasiva ante este principio: «las cosas son así, hay que conformarse». Son personas que no elaboran planes, caen en el inmovilismo, en el conformismo, piensan que no pueden hacer nada por cambiar. 

Postura activa ante este principio: «mi futuro depende de lo que yo haga ahora». Son personas que se rebelan, que luchan por cambiar las cosas, que tienen objetivos y metas en su mente. 

3. Principio de causa y efecto: para cada efecto en la vida hay una causa específica. La felicidad o la ausencia de ella son el resultado de causas y efectos. Este principio da una sensación total de control. Es lo contrario de ir a la deriva. Es el punto de partida para comprender porqué conseguimos las cosas. 

«Cosecharás lo que siembres». Si creemos que todo sucede por un motivo, podremos identificar las causas y duplicarlas o anularlas con plena libertad cuando queramos. 

Los pensamientos son causas. Los pensamientos que tengamos sobre las situaciones determinarán cómo vemos las cosas. Si deseamos cambiar algo en la vida, lo primero que hay que cambiar son nuestros pensamientos. 

4. Principio de la creencia: lo que creamos con auténtico sentimiento es lo que se convierte en nuestra propia realidad. Se convierte en realidad porque uno siempre actuará de manera coherente con sus creencias. 

Si creemos en una determinada cosa, entonces filtraremos la realidad y sólo dejaremos pasar las partes coherentes con nuestras creencias. No querremos ver ciertas cosas y por ello cada persona hace una interpretación única de la realidad. 

Si modificamos nuestras creencias modificamos nuestra realidad. 

Cada uno de nosotros tiene unas creencias por medio de las cuales se autolimita. La mayoría de las limitaciones son ficticias, no existen en la realidad, son limitaciones de origen emocional que con el paso del tiempo, al no desarrollarlas y creernos una y otra vez que no servimos, acaban por convertirse en nuestra realidad. 

Para conseguir los objetivos que queramos debemos poner en duda esas creencias que nos autolimitan y deshacernos de ellas, hacer como si no existieran. 

5. Principio de la expectativa: lo que esperes es lo que obtendrás, no lo que desees, sino lo que creas que va a suceder. 

Nuestra forma de pensar acerca de cómo van a salir las cosas se convierte en nuestra propia profecía que llega a cumplirse. 

Las expectativas de cada uno tienen efecto sobre uno mismo y sobre las demás personas, aunque se basen en informaciones falsas. (Rosenthal). 

Este principio está directamente relacionado con el de las creencias. 

6. Principio de la atracción: somos un imán viviente que atraemos inevitablemente a nuestra vida a personas y circunstancias que están en armonía con nuestros pensamientos dominantes. Lo que pensamos de manera dominante es lo que atraemos hacia nosotros, por eso es importante centrar nuestra atención en las cosas que queremos y no en las que no queremos. Así atraeremos a personas que están en armonía con nuestra forma de pensar y a medida que vamos dominando todos los principios anteriores, este principio trabajará más a nuestro favor. 

7. Principio de las correspondencias: nuestro mundo exterior es un reflejo de nuestro mundo interior y a su vez, lo que sucede dentro es un reflejo de lo que sucede fuera. Un claro ejemplo de esto se ve en las relaciones personales. Uno puede ver lo sana que es su personalidad observando las relaciones que le rodean. 

Si buscas el éxito, ejercita tus principios y Ponte en Marcha!

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