lunes, 20 de marzo de 2017

Emprender y gestionar el cambio


Las empresas a menudo necesitan cambiar. De vez en cuando, esto requiere una transformación radical, pero habitualmente el cambio consiste en mejoras graduales o pequeñas iniciativas para mejorar productos y procesos. La tecnología es el motor tanto del cambio radical como del gradual. 

Pero hay muchas preguntas y dificultades, como por ejemplo: ¿qué tecnología usar?, ¿Cómo gestionar el cambio de los sistemas?, Y ¿cómo cambiar el comportamiento de las personas? 

Se ha aprendido mucho sobre cómo se puede incrementar la probabilidad de gestionar un cambio con éxito. A medida que mejores tus competencias sobre la gestión del cambio, permitirás a tu empresa solucionar problemas y aprovechar nuevas oportunidades y tecnologías en beneficio de los clientes, accionistas, y a menudo, de los empleados. 

Algunas veces el cambio está impulsado por la tecnología, otras veces existen otros factores que promueven el cambio. Pero independientemente de la necesidad que lleve al cambio, los principios son los mismos. Las pequeñas y medianas empresas (PYMES) presentan muchas ventajas a la hora de poner en práctica un cambio. Pueden reaccionar con prontitud, los emprendedores son gente decidida y el personal suele ser muy leal

Muchos emprendedores, a base de esfuerzo e ilusión lanzan su proyecto, y con mucho trabajo alcanzan el éxito, pero luego como Juan sin saber porqué las cosas empiezan a ir mal, y cada vez peor, lo que se reflejaba en una pérdida de clientes que a su vez le quitaba el sueño a Juan. 

Juan sabía que tenía que modificar la manera de gestionar su negocio, pero no podía decidir qué hacer. Un día habló sobre su negocio con Nacho, un viejo amigo que le dijo: «¿Sabes, Juan? Eres un magnífico emprendedor, pero un gestor mediocre. No estás capacitado para dirigir un negocio maduro. Gritas al personal, intentas hacerlo todo tú y ya no funciona. Necesitas un gerente profesional para que lleve tu negocio». 

Juan reflexionó durante varios días, se dió cuenta de que lo que decía su amigo era cierto y contrató un gerente. En cuestión de pocos meses el negocio estaba bajo control, las ventas remontaron, los clientes volvían a tener satisfacción y Juan volvía a dormir por la noche. 

¿Qué se puede aprender sobre la gestión del cambio a partir de esa historia? Lo más importante es que, para cambiar de un negocio de tipo emprendedor a un negocio bien gestionado, fue necesario que el propietario cambiara su manera básica de pensar. Juan era la mayor ventaja, pero también la mayor desventaja de la empresa. 

Ponte en Marcha! y gestiona el cambio.

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