martes, 29 de septiembre de 2015

El poder de romper hábitos negativos y formar hábitos positivos.


Los hábitos que hemos ido formando a lo largo de los años pueden convertirse en los causantes de grandes pérdidas de tiempo. Cuando no son efectivos, pueden limitar nuestra capacidad, paralizar nuestro avance y desarrollo, y disipar nuestra energía. Pueden hacernos perder literalmente años de nuestra vida. 

Pero en el otro lado de la balanza, los hábitos positivos, pueden tener efectos poderosos, saludables y hacernos avanzar decididamente hacia nuestros mayores sueños. Son capaces de generar un ahorro muy importante de tiempo y energía, reduciendo al mismo tiempo la tensión y el estrés en nuestras vidas. 

Los hábitos no son más que algo que hemos transformado en automático en nuestra vida, poniendo muy poco esfuerzo. Es como un piloto automático que actúa siempre igual ante una determinada circunstancia. Puede tratarse de fumar, beber, comer en exceso, mascar chicle, juguetear con algo en las manos, etc…

Pero también puede tratarse de ordenar sus asuntos antes de dejar su oficina cada día, hacer algo de ejercicio al levantarse cada mañana, revisar sus objetivos antes de acostarse, sonreir a cada persona con la que se cruza, leer algo cada noche antes de dormir, asearse cuidadosamente todos los día, leer algo a sus hijos cuando van a acostarse, etc… 

Tanto si se trata de un buen hábito o de uno malo, lo que es seguro es que afecta su vida. Si le ayudan a lograr con mayor efectividad sus metas, a mejorar su salud, a sentirse más realizado y feliz, y si le hacen más efectivo ayudándole a usar mejor su tiempo, posiblemente se trate de un buen hábito. Pero si lo que hace es limitar su efectividad, hacer que malgaste su tiempo, y le resta recursos, probablemente se trate de un mal hábito

Antes de destruir cualquier hábito se ha de estar seguro de que se trata de un mal hábito y de que verdaderamente desea destruirlo. Porque de este modo, si ve claros los beneficios que le aportará destruir ese hábito, la motivación será poderosa para realizar la transformación. Nadie puede lograr un éxito en algo que no desea fervientemente. 

Siempre es gratificante tener la sensación de que es uno quien controla su propia vida. Eso debería ser motivación suficiente para generar las transformaciones necesarias. Comience a experimentar su poder destruyendo algunos pequeños hábitos negativos que tenga, para poco a poco ir atacando a los de mayor envergadura. Deje de pedir pizza por rutina todos los viernes, o de ir a comer por pereza siempre al mismo restaurante de manera mecánica, o de encender la televisión nada más llegar a casa a pesar de no tener ganas de verla. Tome una decisión consciente cada vez. No se deje arrastrar por la inercia de los hábitos negativos.
 
Algunos hábitos negativos como fumar, beber, o comer en exceso pueden resultar más difíciles de romper. Una mayor motivación será necesaria para iniciar y mantener el esfuerzo necesario que requerirá el proceso. En estos casos es fundamental tomar conciencia de todas las consecuencias negativas que le reportará mantener ese mal hábito. Cuanto mayor sea el dolor que asocie a ese comportamiento, más fácil le será destruirlo y deshacerse de él. Si está convencido de que fumar va a reducir sus expectativas de vida en una media de 16 años, o que la falta de ejercicio puede duplicar sus posibilidades de sufrir un infarto, le será mucho más sencillo emprender el cambio necesario. 
 
Una vez que se sienta motivado para comenzar, asegúrese de establecer metas ambiciosas, pero que se sienta capaz de lograr. Por ejemplo, no es adecuada una meta como perder 20 kilos en una semana. Mantenga sus metas en la justa perspectiva temporal, y divídalas en pequeños pasos a lo largo del tiempo. Utilice también mecanismos que le permitan medir diariamente su avance hacia su objetivo. Esto le permitirá mantenerse enfocado en su objetivo y controlar que el avance se está produciendo correctamente. 
 
Y a partir de ese momento entra en juego la autodisciplina. Márquese el reto de lograr los objetivos diarios y semanales que se proponga. Si su objetivo es hacer ejercicio durante 20 minutos cada día, haga ejercicio durante 20 minutos todos los días. No se permita saltarse ni un solo día, porque de ese modo, le será más fácil entrar en la dinámica de saltarse el segundo y luego el tercero. Y de ese modo, volverá fácilmente a su antigua pauta de comportamiento. Mantenga siempre la recompensa a largo plazo en mente, y no se permita sucumbir ante las recompensas fáciles a corto plazo. 

En algún caso, también puede ser una motivación poderosa contar con el apoyo de sus seres queridos. Siempre es más difícil abandonar un compromiso cuando hemos dado la cara frente a personas que nos importan. Y otro modo igualmente poderoso es compartir el camino con otra persona que también quiera romper la misma pauta negativa.

Y por último, haga lo más agradable posible su camino de transformación. Ofrézcase gratificación en sus avances. Busque formas de recompensarse por su esfuerzo. Celebre intensamente sus triunfos. En definitiva, le están llevando en la dirección de sus mayores objetivos en la vida. Y eso es algo verdaderamente digno de celebrar.

Rompe tus hábitos negativos y Ponte en Marcha! para ser más eficiente construyendo hábitos positivos.

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