miércoles, 19 de agosto de 2015

Emprender es como boxear.


El boxeo es un deporte de alto contacto físico, caracterizado por los combates cuerpo a cuerpo por medio de los golpes. Es un deporte donde la fuerza, la velocidad y la resistencia física están presentes, y en el que los participantes pueden afectar seriamente al contrincante y ser afectados de igual manera. A fin de cuentas, el boxeo es un deporte de combate, donde el peligro es cierto y el daño irreparable es una posibilidad.

El boxeo es una metáfora muy interesante de la vida del emprendedor, porque emprender a veces consiste en levantarse, en no rendirse y, si te tumban, volverte a levantar. Si no tienes mentalidad de boxeador con capacidades de recibir golpes, vas a caer rápido K.O. en el ring del emprendimiento.

Cada proyecto, cada salto al ring dejando una empresa como asalariado para independizarte, cada reunión con proveedores, clientes, socios, equipo o inversores, cada presentación pública o cada decisión importante en la empresa, son como el preliminar de un combate.

Saltar al ring del emprendimiento es sin embargo una opción en la mayoría de las ocasiones, y no puedo imaginar paradigma de riesgo más claro que el del autónomo, emprendedor y pequeño empresario de este país, cuyas únicas cuerdas de protección contra el impacto son las formadas por el entusiasmo, la osadía y el propio esfuerzo. 
 
Lo que una buena estrategia de negocio y el deporte del boxeo tienen en común son las tácticas de la atención, la precisión y la conexión.

En el boxeo, tienes que fijar la atención en las almohadillas o la bolsa que tienes colgando delante sin descanso. Si pierdes la concentración, no darás en el blanco. No puedes dejar que nada de lo que haya a tu alrededor te distraiga.

Para crear una estrategia de negocio, tienes que centrarte en tu público. Primero, tienes que identificar con claridad quiénes son tus clientes. No debes dejarte distraer por los demás o tratar de incluir a demasiadas personas en tu grupo de clientes. Es importante ceñirse al objetivo.

Tienes que poder visualizar claramente tú objetivo y después tienes que mantener tu atención en tu meta en todo momento.

Cuando boxeas, antes de poder lanzar un puñetazo eficaz, tienes que entender cómo mover el cuerpo correctamente y conocer los puntos específicos de la bolsa que quieres golpear.

Para crear una estrategia de negocio, antes de poder conectarte con eficacia con posibles clientes, es necesario entender qué problemas específicos vas a resolver para esta población.
Tienes que identificar cuáles son sus inquietudes, deseos o necesidades insatisfechas y qué cosas les puedes mejorar o cambiar con lo que vendes.

Cuando puedas definir con precisión cómo vas a despertar su interés y cómo tu producto puede afectar aportar valor añadido o lo que es lo mismo solucionar un problema, entonces y solo entonces estarás en una posición perfecta para venderles algo. 

En el boxeo, cuando lanzas un puñetazo limpio haciendo contacto perfecto con la bolsa, se produce un sonido único e inconfundible. 

En una estrategia de negocio, cuando usas las palabras y las imágenes acertadas para comunicarte con tus clientes, se produce una conexión inconfundible con tu proyecto o empresa. Lograrás a que se identifiquen contigo y con lo que les ofreces.

Como a boxear, perfeccionar el arte de emprender se puede entrenar y aprender.

Puedes ponerte unos guantes perfectamente ajustados, fijar tu atención y lanzar un golpe limpio o puedes ponerte simplemente a dar puñetazos al azar.

En el boxeo, una de las cosas que se aprenden, es a levantarte si te tira el contrario. Se da por echo que antes o después caerás, y lo importante es que esa caída no te suponga perder el combate. 

Emprendedor, prepárate para boxear y que te tumben. Pero también para tener la fuerza para levantarte y triunfar como un héroe.

En este sentido es importante que tomemos conciencia de la alta probabilidad de que todos nuestros planes no salgan bien, que no tengamos éxito en todo aquello que emprendamos, y que lo importante es que saquemos partido incluso de esos fallos, ya que “no importa que falles, pero la siguiente falla mejor”.

El emprendedor como un deportista de competición, actúa por instinto, por pasión, por metas, por algo que no se puede explicar y que le hace estar por encima de sus miedos y de sus fracasos.

El emprendedor tiene hambre, mucha hambre, no se rinde ante nada aunque tenga miedo y es tremendamente competitivo.

El emprendedor pelea diariamente con su entorno, con su competencia, con los mercados y entrena constantemente y se prepara, leyendo, estudiando, observando, probando, experimentando y creando equipo y alianzas.

Tirar la toalla.
Desde la esquina, el equipo de apoyo puede tirar la toalla si lo cree prudente para el cuidado del púgil; esto significa que el entrenador puede detener la pelea por completo en el momento que arroja su toalla, (la cual por lo general es blanca) o esponja, para señalar al arbitraje de esta decisión. Por lo que la frase “tirar la toalla” es equivalente a darse por vencido.
La decisión de arrojar la toalla hacia el centro de la lona, y por consiguiente detener de inmediato la pelea aceptando la derrota, recae en la prudencia del equipo de apoyo del boxeador, y es una decisión que se respeta y se mantiene como resultado final a pesar de que el boxeador participante no esté de acuerdo con ello.

Es ahí donde entra en juego la capacidad para encajar los golpes de ego. Hay emprendedores que, pese a contar con amplios conocimientos y experiencia, se niegan a admitir que su planteamiento es erróneo e insisten en seguir por el mismo camino, obviando las críticas y la realidad del mercado, y entonces otros tirarán la toalla por ti.

Otros, en cambio, valoran como positivo haberse equivocado pronto y buscan la manera de pivotar rápidamente y solucionar esas tareas pendientes. 

Ser “novato” es siempre complicado y más cuando la bisoñez hace de las suyas en las arenas movedizas del emprendimiento. ¿Por qué fracasan algunos emprendedores primerizos? Hay muchas posibles respuestas, pero lo cierto que muchos emprendedores se lanzan al ringdel emprendimiento demasiado “verdes” sin evaluar la viabilidad de su proyecto y quedando KO en el primer intercambio de golpes.

No tires la toalla y Ponte en Marcha!

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