sábado, 16 de mayo de 2015

El redescubrimiento de las personas.



Si bien las nuevas herramientas para la gestión de los recursos humanos no están plenamente desarrolladas, sus conceptos han resistido las sucesivas crisis y, en muchos casos, han coadyuvado a superar sus efectos. La valoración del talento deja de ser una excentricidad de las multinacionales, y su retención se convierte en la clave de la competitividad. Sin lugar a dudas, la persona es el núcleo del nuevo modelo de recursos humanos

Hacia un nuevo modelo
El clima laboral, el diseño de planes de sucesión, la modernización de los sistemas retributivos, la comunicación interna, la participación, la motivación, la calidad total, la formación de los trabajadores, el desarrollo de sus competencias, fueron, entre otras, las funciones y problemáticas que configuraron la identidad del área de Recursos Humanos en los últimos años.

Los nuevos desafíos del entorno permiten afirmar que la cultura de empresa, la consideración de la persona como referencia absoluta y la creación de valor serán tres líneas de actuación -tres funciones- principales en la configuración de la nueva gestión de los recursos humanos.

La cultura
La cultura en la empresa se genera casi siempre en forma espontánea y no consciente. Es el conjunto de ideas básicas y valores que dan consistencia y coherencia al conjunto de comportamientos a través de los cuales la empresa existe. Conocer explícitamente cuáles son los grandes principios y valores sobre los que se sostiene la cultura real de una empresa es penetrar en el núcleo mismo de su intimidad, es conocer la esencia de la "empresa mental" que está en las cabezas de sus miembros, y es tener acceso a los resortes que la mueven de verdad en su interacción con el entorno.

Ésa es la razón por la que los grandes líderes que han conducido cambios de envergadura se han centrado en la cultura y han actuado desde ella: han accedido a una dimensión nueva y eso les ha permitido alcanzar un éxito impensable desde planteamientos más tradicionales.

La persona considerada como el recurso más valioso de la empresa

Para que una empresa pueda adoptar una perspectiva centrada en la persona como referencia absoluta, son necesarias varias condiciones. En primer lugar: debe existir una cultura lo más explicitada posible. En segundo lugar: la organización y las relaciones internas de la empresa deben configurarse de tal modo que ofrezcan a las personas retos excitantes, con los cuales éstas puedan comprometerse libremente y desarrollar lo mejor de sí mismas. Por último: cada persona debe percibir con claridad un interés explícito y específico por ella en tanto que sujeto diferenciado, no como simple recurso. 

La aportación de valor
Son exclusivamente las personas las creadoras de valor, no las instalaciones o las finanzas, como se ha creído durante la mayor parte del siglo XX.

Existen nuevas formas de generación de valor específicas de las organizaciones modernas: la aportación de los conocimientos y de las habilidades o cualidades únicas de los trabajadores, la creación y transmisión de conocimientos, la toma de decisiones, la comunicación y el trabajo en equipo, la aportación de iniciativas, entre otras.

Cuantas más personas aporten valor por estas nuevas vías, mayor será la competitividad y la capacidad de generar beneficios de las empresas.
 
Los costos, importantes por cierto, se subordinan a la creación de valor. El principal beneficiario de la aportación de valor de las personas a través de las nuevas vías señaladas no es la empresa, ni sus clientes o accionistas, sino la persona misma que lo genera. No sólo por la mayor retribución económica que percibe, que también cuenta, sino ante todo porque el fruto principal de su trabajo creador es su propia personalidad, sus propias competencias y su imagen, tanto la social como, sobre todo, la subjetiva e íntima de sí mismo.

A pesar de estos hallazgos, las empresas han avanzado mucho más en el descubrimiento de nuevas formas de creación de valor a través del desarrollo de nuevos negocios que en la investigación y definición de las formas de aportación de valor específicas a través de las cuales las personas, individualmente o en grupo, crean riqueza y hacen florecer los negocios.

Quienes avancen por esta senda contarán con una nueva y poderosa ventaja competitiva.

Busca el talento de las personas que aporten valor y Ponte en Marcha!

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