lunes, 5 de septiembre de 2016

Lo que las empresas y los emprendedores buscan y las universidades no enseñan (8) FORMACIÓN CONTINUA.


Lo que las empresas y los emprendedores buscan y las universidades no enseñan. 

FORMACIÓN CONTINUA 

Veo claramente dos extremos en esta cuestión. Uno es el del profesional que cuelga su diploma, consigue un empleo y se olvida. Lo máximo que hace es participar en los cursos que la empresa ofrece, pero si dependiese de su propia voluntad, seguiría hablando su inglés spanglish, repitiendo expresiones llenas de errores y consultando los mismos libros que usó en la facultad. 

Llueve sobre mojado cuando hablo de la necesidad de seguir aprendiendo siempre, pero sé que algunas personas nunca se convencerán de esta idea. ¿Para qué aprender si lo que ya saben es suficiente para desempeñar sus funciones? No se dan cuenta de que necesitan seguir con su formación para desempeñar sus funciones aún mejor, y sobre todo, para abrir la posibilidad de adquirir nuevas responsabilidades. En el mundo laboral el aprendizaje debe ser continuo. En parte porque el conocimiento evoluciona sin parar y el profesional tiene, como mínimo, que mantenerse actualizado con nuevas técnicas, conceptos y prácticas de su profesión. Por otro lado, porque el ser humano necesita continuar evolucionando, adquiriendo habilidades y desarrollando competencias. Todo lo que sirva para mejorar le debe interesar : dominar plenamente un idioma extranjero, perfeccionar sus habilidades sociales y de negociación o saber utilizar nuevas herramientas de gestión, por ejemplo. 

La falta de tiempo para estudiar y la dificultad de acceso a la información ya no son disculpas para que alguien deje de seguir aprendiendo. Hoy, con una conexión a Internet, se pueden hacer aproximadamente cuatrocientos cursos de e-learning (enseñanza a distancia), ofrecidos por escuelas y universidades. Son clases de perfeccionamiento, ciclos superiores, post-grados e incluso máster en administración de empresas, que el profesional puede recibir en el ordenador de casa o de la oficina. Además, gran parte del conocimiento que se necesita está disponible en libros, y para comprarlos no es necesario ni salir de casa. Podemos hacerlos por Internet. 

En el otro extremo de la cuestión de la formación continua está el profesional que acumula cursos, diplomas y conocimiento de idiomas, porque quiere seguir todas las tendencias del mercado. Pero tampoco es eso, ¿verdad? Con el afán de seguir las tendencias del mercado muchos tienen una sobrecarga de actividades, intereses y focos de atención, que, más que mejorar, puede entorpecer el desempeño de su trabajo. 

Si eres un profesional que vive en busca de formación, te sugiero que te cuestiones hasta qué punto no estás preocupado por acumular conocimientos, más que por presión externa que por convicción propia. Quieres ser competitivo y para ello consideras que necesitas estar en igualdad de condiciones con tus “rivales”. Pero, ¿no será que estás tan empeñado en hacer lo que los otros hacen que nunca te has parado a pensar si realmente es necesario? ¿Si un determinado curso o libro mejorará en algo la forma en la que desempeñas tu trabajo o si te traerá mayores beneficios? 

Cuando se trata de formación continua, es fundamental discernir sobre aquello que en realidad necesitamos para alcanzar nuestro propósito profesional. En el fondo, el conocimiento más importante que se debe tener es sobre uno mismo: puntos débiles que tenemos que suprimir, puntos fuertes que podemos perfeccionar y todo lo que debemos desarrollar para ser un profesional más completo. 

Ponte en Marcha! y no dejes de formarte.

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