domingo, 14 de junio de 2015

El aburrimiento, la indecisión y la no puesta en marcha.

“No conozco ningún hecho más estimulante que la incuestionable habilidad del hombre para elevar su vida mediante un esfuerzo constante”.

Aunque tenemos muchas cosas que hacer, es posible que en algún momento nos invada el aburrimiento. Pero ¿qué es exactamente esto? Seguramente tú has experimentado alguna vez esta sensación que podría coincidir con un momento de cansancio, como si estuviera bajo tú nivel de activación ... Quieres encontrar algo que te entusiasme, pero todo parece monótono. La situación te fastidia, porque crees que estás perdiendo el tiempo y eso te hace estar enfadado contigo mismo.   

El caso de la llamada telefónica. 
Una mujer recién casada se aburría notablemente. Su marido se pasaba la mayor parte del día trabajando y esta mujer no sabía en qué emplear su tiempo. Puesto que la casa no era muy grande, no tenía muchas tareas que hacer, y el único objetivo que la fiel esposa se había propuesto cumplir era el de estar en casa para atender a su marido en cuanto llegase (nunca tenía una hora fija) o cuando llamase (tampoco se sabía cuando lo haría). 
En cierta ocasión, su madre le dijo que cuando se aburriese, no dudara en llamarla y así podrían estar un rato entretenidas pues ella también se encontraba sola. Al principio, la mujer no hizo mucho caso de la invitación de su madre ya que era tal su aburrimiento que no tenía ni ganas de coger el teléfono. 
Pero poco a poco fue cambiando de opinión. La primera vez que habló con su madre se sintió mucho mejor y lo fue tomando como costumbre. En una ocasión llegó su marido a casa un poco disgustado porque no había podido comunicarse con su mujer, pero ella se defendió diciendo que la culpa era de él por dejarla tanto tiempo sola. 
Transcurridos unos meses, la mujer dejó todas las tareas de la casa y de atender a su marido y llenó todo su tiempo con las llamadas telefónicas. 

“No hay ser humano más desgraciado que aquel cuyo único hábito es el de la indecisión” 

Elige lo que quieres hacer. 
No dejes que el aburrimiento te domine. Es cierto que tienes que buscar una alternativa, principalmente una actividad, para acabar con el aburrimiento, pero lo que busques debe ser algo que te enriquezca, que no te impida disfrutar de las demás cosas y personas que te rodean. 

Una forma de acabar con el aburrimiento es creando relaciones de dependencia con algún tipo de conductas o sustancias. Si eres fumador, seguro que no sabe igual un descanso con un cigarrillo en la boca que sin él. Es probable que muchas de las situaciones que hay en tú vida tengan un valor especial porque fumas. 

No se trata de buscar una explicación a tú conducta, pues fácilmente será el producto de un aprendizaje, pero si de darse cuenta de la cantidad de elementos que utilizamos, de los que realmente dependemos, para disfrutar de una situación. No basta que estemos nosotros en ella, necesitamos un cigarro, una copa, dinero, algún talismán ... que nos haga sentirnos seguros y disfrutar de las cosas. 

“Dios nos regaló estos descansos” 

Cuando te aburras, abúrrete. 
No es lo mismo aburrirse que no tener nada que hacer. O por lo menos así piensan muchas personas. Desgraciadamente estamos atravesando un momento en que la situación laboral ejerce una fuerte presión sobre nosotros. Conozco a muchas personas que han perdido su trabajo o que no han tenido la ocasión de obtener su primer empleo. Sus vidas dejan de ser reforzantes para estas personas porque, en cierto modo, creen haber perdido el control de sus vidas. Ya nada depende de ellos. Pero esto no es así. Lógicamente, nada podemos conseguir si nos quedamos en casa con los brazos cruzados. Es necesario abandonar la creencia de que nada podemos hacer para salir de esta situación, y hay que optar, por muy pocas ganas que se tengan, por seguir intentándolo. 

Yo creo que hay cosas imposibles, pero no creo que encontrar un empleo sea una de ellas. No quiero decir con esto que sea fácil, pero insisto en que es necesario intentarlo, y no una y dos veces, sino tantas como sea necesario. Tal vez, por el momento, tengamos que conformarnos con ampliar nuestra formación, pero esto también es importante, porque aumenta nuestras posibilidades de encontrar un empleo apropiado. Si te encuentras en esta situación, tienes mucho que hacer: empieza a moverte, a darte a conocer, a informarte de los distintos cursos que se te ofrecen desde distintas asociaciones, ofrece tú servicio, asóciate a algún grupo de voluntarios ... Aprovecha tu tiempo y convéncete de que tienes muchas cosas que hacer. 
 
Por eso, cuando te aburras, debes aburrirte. 
Concédete el lujo de disfrutar de tu aburrimiento, pues es probable que tu organismo te lo exija, como una manera de recuperar energías. Aprovecha estos momentos para pensar; siéntate y descubre qué es lo que tienes que hacer. Tampoco hay que dejar que se prolongue demasiado, pero no caigas en el error de empezar a dar vueltas por la casa esperando que se te ocurra algo, pues es posible que te pongas más nervioso. Piensa en lo que te gustaría hacer, disfruta de unos minutos de tú aburrimiento, acéptalo, y después, ponte en marcha y realiza alguna actividad como si realmente tuvieses ganas. 

“Serás triste si te encuentras solo”

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