martes, 7 de abril de 2015

Tus hábitos deciden lo que eres.


Hay quien dice que somos lo que pensamos. Y eso no es cierto mientras no seamos capaces de hacer lo que pensamos. Somos lo que hacemos, somos consecuencia de nuestros actos. 

Pensamos muchas cosas pero solo una pequeña parte las llevamos a la práctica. Y, la mayor parte de lo que hacemos, lo hacemos sin pensar, de forma inconsciente. Y lo hacemos de forma repetitiva, de la misma manera, sin pararnos a pensar si lo estamos haciendo bien o mal, si lo que estamos haciendo nos beneficia o nos perjudica. 


Un hábito puede definirse como una respuesta automática o condicionada a un estímulo. Un hábito, bueno o malo, es algo que se hace de manera natural y con facilidad, sin pensarlo ni esforzarse. Una vez formado, un hábito permanece. Solo se puede reemplazar por un hábito nuevo y mejor. Hacemos a nuestros hábitos y luego ellos nos hacen a nosotros.
Los buenos hábitos nos ayudan, pero cuesta hacerlos. Los malos, nos perjudican, pero se adquieren mucho más fácilmente. Nuestra salud, nuestro cuerpo, vienen dados por nuestros hábitos alimenticios y de ejercicio físico. Tenemos hábitos de compra, hábitos sociales, hábitos profesionales,...

Adquisición de nuevos hábitos.

Por todo lo anteriormente expuesto, es determinante para nuestra vida el conocer y aplicar el proceso de adquisición y modificación de hábitos. Este puede concretarse en cuatro etapas:

I.I. Inconsciente e incompetente. En esta etapa todavía no somos conscientes de que tenemos un mal hábito por lo que, difícilmente podremos trabajar sobre él. Es preciso revisar nuestra forma de hacer las cosas de forma periódica para darnos cuenta de aquellos hábitos que podemos mejorar. También debemos animar a aquellas personas de nuestro entorno a que puedan aportarnos ideas y aceptarlas positivamente.

C.I. Consciente e incompetente. Por lo menos nos hemos dado cuenta de que algo no va bien aunque todavía lo hacemos de forma incorrecta. Pero podemos trabajar sobre ello. Eso cuesta trabajo, necesita de una disciplina.
Solo lo haremos cuando seamos absolutamente conscientes de los beneficios que va a aportarnos este nuevo hábito. No vamos a realizar un esfuerzo al que no le vemos un premio. Cuando vayamos a desarrollar un nuevo hábito, hagamos una lista de las ventajas que va a aportarnos.

C.C. Consciente y competente. Ya hemos comenzado a trabajar sobre el nuevo hábito, pero debemos estar concentrados. De alguna manera, estamos obligando a nuestra mente a actuar de forma no habitual, por lo que su primera reacción es rebelarse y seguir haciendo las cosas como hasta ahora. En algunos casos, incluso, no recordamos que deseamos adquirir un nuevo hábito, por lo que es conveniente recordárnoslo con pequeñas notas en aquellos espacios donde queremos desarrollar este nuevo hábito.

I.C. Inconsciente y competente. Ha costado, pero ya lo hacemos de forma correcta. Ahora ya lo hacemos de forma natural por lo que no debemos estar pensando como debemos actuar. A partir de ahora disfrutaremos de las ventajas de este nuevo hábito sin que nos cueste ningún esfuerzo.

Tu decides, cambia de hábitos, y Ponte en Marcha!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ayúdanos a Ponernos en Marcha y comparte tu experiencia, comentario u opinión. Juntos emprederemos la ruta del éxito.