“Si quieres incrementar tu nivel de éxito por dos, multiplica por dos tu nivel de fracasos”.
–Thomas Watson, fundador de IBM.

Si no existen fracasos ya sabemos de antemano el resultado que vamos a obtener: ¡Ninguno! Cuando no existe fracaso alguno, implica que no estamos avanzando, que no estamos intentando nuevas cosas. Y eso siempre lleva a la mediocridad, a tener sueños incumplidos y a ser menos de lo que se podría ser. Y todo por temer el fracaso y la incertidumbre.

Así que hagamos algo para reprogramar nuestra tendencia hacia el miedo.
Es sobradamente conocido que los blocks de notas Post It fueron el resultado de un experimento fallido en el que se pretendía conseguir un pegamento de la máxima adherencia. O el famoso ejemplo de Thomas Alva Edison, que en su intento de inventar la bombilla incandescente tuvo que realizar más de cinco mil intentos para lograrlo. ¿Se ha dado cuenta de que todo avance importante de la humanidad ha necesitado en el estado previo a lograr el éxito un buen número de intentos y fracasos?
Quizás sería interesante comenzar a llamar a los fracasos lecciones o simplemente resultados. No se considere jamás como una persona que ha fracasado. Simplemente no ha obtenido el resultado deseado. Emprenda de nuevo la acción con más determinación, aprendiendo la lección de ese tropiezo, y … ¡Logre el éxito!

La próxima vez que crea que ha fracasado en algo, hágase las siguientes preguntas:
-¿Qué puedo aprender de esta experiencia?
-¿Qué hay de bueno en esto?
-¿Cómo puedo utilizar esta experiencia para transformarme positivamente?
-¿Qué distinciones he hecho que me permitan ser más efectivo en el futuro?
Y ahora solo le queda salir ahí afuera y cometer algunos fracasos. Eso será señal de que está avanzando con determinación hacia sus mayores sueños.
Vence al miedo, y Ponte en Marcha en busca de tu sueño.
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