miércoles, 8 de abril de 2015

Usando el fracaso como catapulta hacia el éxito.


“Si quieres incrementar tu nivel de éxito por dos, multiplica por dos tu nivel de fracasos”.
–Thomas Watson, fundador de IBM. 

Es indiscutible que si queremos lograr un gran éxito, en el camino vamos a encontrarnos con algún que otro fracaso. Si sabemos que esto es así, ¿Porqué muchas personas utilizan sus fracasos como excusas para no continuar avanzando hacia sus sueños?
Si no existen fracasos ya sabemos de antemano el resultado que vamos a obtener: ¡Ninguno! Cuando no existe fracaso alguno, implica que no estamos avanzando, que no estamos intentando nuevas cosas. Y eso siempre lleva a la mediocridad, a tener sueños incumplidos y a ser menos de lo que se podría ser. Y todo por temer el fracaso y la incertidumbre.

De hecho, existe una buena explicación para esos temores que comparten gran número de personas: miedo al fracaso, miedo a no ser suficientemente bueno, miedo a ser desencantado otra vez… El miedo es una de las emociones más fuertes que puede sentir un ser humano. Es un elemento innato que está programado en nuestro sistema nervioso como factor protector. A lo largo de la historia del ser humano como especie, este mecanismo ha jugado un papel fundamental en nuestra supervivencia. Pero en la sociedad actual, ese instinto nos perjudica más que nos beneficia. Y a diferencia de las especies animales, los seres humanos somos capaces de vencer cualquier tipo de miedo con el poder de nuestra mente.

Así que hagamos algo para reprogramar nuestra tendencia hacia el miedo.

Es sobradamente conocido que los blocks de notas Post It fueron el resultado de un experimento fallido en el que se pretendía conseguir un pegamento de la máxima adherencia. O el famoso ejemplo de Thomas Alva Edison, que en su intento de inventar la bombilla incandescente tuvo que realizar más de cinco mil intentos para lograrlo. ¿Se ha dado cuenta de que todo avance importante de la humanidad ha necesitado en el estado previo a lograr el éxito un buen número de intentos y fracasos?
Quizás sería interesante comenzar a llamar a los fracasos lecciones o simplemente resultados. No se considere jamás como una persona que ha fracasado. Simplemente no ha obtenido el resultado deseado. Emprenda de nuevo la acción con más determinación, aprendiendo la lección de ese tropiezo, y … ¡Logre el éxito!
 

Encuentro muy útil para ilustrar esto el ejemplo de un niño cuando está aprendiendo a caminar. ¿Cuánta veces intenta un niño caminar? Todas las que son necesarias hasta lograrlo. No le importa caerse mil veces. Siempre vuelve a intentarlo. Por eso, no vemos a ningún adulto caminando a gatas. Cualquier nuevo proyecto o reto que emprenda es como aprender a andar. Va a tener que hacer intentos y más intentos. Pero el secreto está en no abandonar jamás. Si tiene la chispa de un sueño prendida en su corazón, no permita que un simple tropiezo le aparte de convertir ese profundo deseo en realidad. No opte por el camino fácil del abandono y la apatía.
La próxima vez que crea que ha fracasado en algo, hágase las siguientes preguntas:
-¿Qué puedo aprender de esta experiencia?
-¿Qué hay de bueno en esto?
-¿Cómo puedo utilizar esta experiencia para transformarme positivamente?

-¿Qué distinciones he hecho que me permitan ser más efectivo en el futuro?
 

Y ahora solo le queda salir ahí afuera y cometer algunos fracasos. Eso será señal de que está avanzando con determinación hacia sus mayores sueños.

Vence al miedo, y Ponte en Marcha en busca de tu sueño.

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