domingo, 12 de julio de 2015

El cambio como rutina.


Los recursos humanos son fuente de ventaja competitiva si se gestionan en un proceso de renovación, mejora y consolidación del conocimiento organizativo, que arranca con el compromiso y liderazgo de la alta dirección. Más allá de un proceso donde se incorporan mejoras sin rupturas de un negocio consolidado, se trata de un proceso de transformación que permite afrontar de forma fluida rupturas de las prácticas de negocio establecidas. 

Su resultado es la concreción de la visión del modelo de negocio objetivo, que consiste en la identificación de las distintas dimensiones de la propuesta de valor en las que hay que progresar y de la naturaleza de los cambios necesarios para alcanzarlas. Para que sea efectiva, debe concretar además los proyectos de transformación que permitirán estructurar e implantar esos cambios en el sistema operativo, cualquiera que sea la naturaleza de los mismos. 

El proceso debe integrar el conocimiento operativo de la organización con el conocimiento externo, que se incorporará mediante el proyecto de transformación. Es necesario desarrollarlo con la participación de las personas que tengan ese conocimiento interno, con el apoyo de proveedores externos. Interesa seleccionar a personas por su conocimiento interno, pero capaces de cuestionar sus propias ideas, y con ascendencia en la organización. Con esto, se garantizan retos de cambio realistas y se minimiza su rechazo. 

No está exento de riesgo por lo que, como todo proceso de innovación y aprendizaje, requiere experimentación. Los proyectos de transformación deben tratar de minimizar la dimensión del cambio e, incluso, incorporar fases piloto que permitan evaluar su impacto con relación a los objetivos que se persiguen, tanto del cliente como del empleado. Se trata de avanzar con velocidad pero en pequeños saltos. 

Es impulsado y dirigido de una forma integrada por la alta dirección, que asegura que los miembros del equipo tengan la disponibilidad necesaria. Además, garantiza la asignación de los recursos humanos y económicos a los proyectos de transformación. No es un esfuerzo esporádico que se realiza cuando surge alguna moda o se enfrenta la empresa a una situación insostenible. Por el contrario, se trata de un proceso permanente. Se consigue así que el cambio sea una rutina, parte de la cultura de la organización, y se asegura una pendiente constante de progreso.

Gestiona el cambio y Ponte en Marcha!

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