jueves, 9 de julio de 2015

Ocho características de la “Dirección por la Risa y el Buen Humor”


¿Qué es la Dirección por la Risa y el Buen Humor?  

La dirección es un proceso de influencia: es la capacidad de motivar a otras personas para hacer algo, creer en algo o actuar de determinada manera. El estilo de dirección es el patrón de comportamientos que utilizamos cuando estamos intentando influir en el comportamiento de los demás.  
Aquí están ocho características que son conocidas, aunque no siempre seguidas, que precisa tener un buen líder.  

1) Visión: “Se ha de liderar hágalo con los pies en la tierra pero con la cabeza en el cielo” (W. Bennís)  

El líder ha de ser capaz de estar pensando “diez años por delante”. Debe adelantarse a las necesidades, a las modas, a los cambios. Conviene que sea “proactivo” y no “reactivo”. Debe inspirarse en los sueños, en las aventuras, en la imaginación, en la fantasía. “Si eres capaz de imaginarlo, eres capaz de hacerlo realidad”.  

Debe saber reírse de sus limitaciones y poner su mente al servicio de la innovación, debe apostar por el entusiasmo, por el atrevimiento sin miedo al fracaso o al que dirán. Ha de ser capaz de ver la talla dentro del trozo de madera, el éxito como si ya o hubiera logrado, el oasis tras las dunas, todo un mundo de posibilidades que le aguardan para ser disfrutadas.  

2) Motivación: "Si quieres construir un barco, no empieces por cortar las maderas y distribuir el trabajo, sino que primero has de saber evocar en los hombres el anhelo del mar libre y abierto"  (A. de Saint Exupéry)  

El líder debe prestar atención a lo que la gente desea, aun cuando ellos mismos no lo sepan. Los buenos líderes inspiran a sus equipos con su visión de un mundo mejor e infunden la confianza, el amor y la gratitud, en sus relaciones de trabajo.

Lo que necesitan las personas, es tener una misión e ilusión para lograrla. No se puede construir sobre el miedo o la amenaza. No olvidemos que el liderazgo no tiene lugar en una burbuja o en un despacho aislado, sino con y para las personas. El liderazgo no se puede mantener, si no se consigue entre los colaboradores un nivel suficiente de identificación y de implicación con el proyecto que se intenta llevar a cabo.  

Año tras año les preguntamos a nuestros empleados qué es lo que les motiva, y año tras año nos dan la misma respuesta: “sentirnos realizados con el trabajo que hacemos; percibir el cariño y el reconocimiento de nuestros colegas y de nuestros jefes; alcanzar el desarrollo profesional y personal; el apoyo y los recursos necesarios para poder hacer nuestro trabajo bien hecho y entonces, y sólo entonces, un salario justo que nos permita vivir dignamente”.  

3) Gestionar las emociones: “Lo más difícil no es convivir sino comprender a los otros” (J. Saramago)  
Nos lo jugamos todo en nuestras relaciones con los otros. El líder tiene que desarrollar un “talante”, un estilo o un modo de proceder que facilite la integración y la colaboración. Tiene mucho que ver con lo que hoy se entiende por actuar con “inteligencia emocional”.  

Algunos lo llaman "instinto", otros lo llaman empatía o intuición. La gestión emocional incluye identificar, usar, entender y manejar las emociones propias y las de los demás de una forma ecológica, procurando hacer sencillo lo complejo; se trata de encontrar el equilibrio y la armonía, promover la generosidad y el agradecimiento; procurar la ternura, la amistad, el buen humor y el respeto. 

Saber captar como se siente la gente (lo que desean o lo que necesitan) es inestimable para poder lograr la responsabilidad y la creatividad y hacer realidad nuestra visión.  

4) Desarrollar: “lo importante no es evaluar sino promover el desarrollo” (E. Castellvi)  

Enseñe a la gente cómo desarrollar una tarea, no la haga por ellos (incluso si uno puede hacerlo más rápido o mejor). Diga a sus colaboradores lo qué espera de ellos, así reduce sus miedos al fracaso, su timidez a la incertidumbre y su resistencia al cambio. Facilite las herramientas que necesiten para tener éxito y disfrutar de su trabajo. Enseñe, porque para aprender es necesario equivocarse varias veces, ya que sólo rompe platos quien los lava.  

Aprenda a escuchar lo que le piden y/o lo que necesitan; no hay nada más deseado que ser tenido en cuenta. Pero también, es importante generar las vías de comunicación y el espacio adecuado para poder expresar los miedos y las dudas.  

5) Digno de confianza: “la puerta más segura es aquella que se puede dejar abierta”  

Un líder debe tener credibilidad. El personal tiene que ver en él sus valores personales: honestidad, coherencia, compromiso, competencia, bondad y generosidad. Difícilmente, podrá servir de modelo o de ejemplo si no inspira confianza.  

El sentimiento de confianza va unido al de seguridad en uno mismo y en los demás y a la esperanza de que todo va a ir bien y en caso de no ser así , uno podrá encontrar la forma de solucionarlo.  

La confianza es la llave de toda relación. Vivimos en un entorno de constantes cambios donde muchas cosas no pueden ser previstas. Dentro de este contexto caótico y lleno de incertidumbres, vivimos nuestra vida. Es ahí donde un verdadero líder puede desarrollar su propia confianza y la de su equipo; mostrando valentía en sus decisiones, propiciando la seguridad en sus seguidores, y desarrollando la valentía en los demás.

El activo más grande de un líder, es que su comportamiento sea coherente con sus creencias. Que sus palabras sean el reflejo de sus acciones, incluso los que discrepan con él, lo respetarán enormemente si es justo y responsable. Nadie seguirá a un líder deshonesto o injusto, si no es por la fuerza y por la coacción. Pero ojo, el miedo y el odio, son dos ingredientes que inflaman la revolución.   

¡Las acciones hablan de un modo mucho más ruido que palabras!  

6) Asumir riesgos: "Si siempre haces lo mismo, sólo obtendrás lo que ya tienes. Si deseas algo nuevo, haz algo diferente" 

Esto suena a refrán, pero los líderes deben también recompensar la asunción de riesgos y alentar a sus colaboradores a tomar la corresponsabilidad de los intentos. 

La soledad y el abandono son los peores enemigos de la confianza en uno mismo y son algunas de las situaciones que pueden producir miedo a afrontar riesgos. La misma situación puede afectar de manera distinta cada uno de nuestros colaboradores, por tanto, hay que prestar atención en cada uno de ellos. La expectativa de las consecuencias puede hacernos fracasar o paralizarnos simplemente con pensar en intentarlo. 

Es importante mantener la cercanía con los colaboradores y transmitirles ánimo para afrontar sus temores. Reconozca sus metas y apóyelos, premie la innovación y la valentía, y comparta los éxitos y los fracasos para transformarlos en aprendizaje, en experiencia y en desarrollo. 

7) Trabajo en equipo: “El todo es más que la suma de las partes” 

Un equipo es un pequeño grupo de personas aliadas por un proyecto común y que comparte objetivos de desempeño. Generalmente cada uno de sus miembros tiene habilidades y conocimientos complementarios y una interdependencia que exige que trabajen juntos para poder alcanzar el objetivo que los une. 

Un líder de equipos debe ser una persona entusiasta, valiente, sensata, equilibrada y con sentido del humor, que se preocupe por cada persona de su grupo y debe responder a las siguientes pautas: 
El líder inicia, facilita y revisa las nuevas ideas y prácticas. El líder se mezcla con el grupo, interactúa e intercambia experiencias personales con ellos. Fija niveles de esfuerzo, dedicación y estimula a los miembros en cuanto a los resultados de su rendimiento. Defiende al grupo contra los posibles ataques externos, manifiesta los intereses del grupo y actúa en nombre de éste. Subordina el comportamiento individual al grupal, estimula una atmósfera agradable, propicia el buen humor, la creatividad y la cooperación, media en los conflictos y promueve al ajuste individual al grupo. 

8) Sentido del humor. “El humor es una afirmación de dignidad, una declaración de superioridad del hombre sobre todo lo que sucede. (Romaní Gari) 

El sentido del humor y la capacidad para crear un clima o ambiente agradable de trabajo deben de ser una de las habilidades de un buen líder. La capacidad de reírse demuestra un elevado grado de inteligencia, de conocimiento y de control de uno mismo y es la manera más fácil de atraer a otras personas. El humor es también una buena estrategia para reducir las tensiones, para minimizar los problemas y aumentar así la creatividad. La risa y el buen humor contribuyen a mejorar nuestra relación con nosotros mismos y nuestra relación con los demás.

El líder tiene que desarrollar un “talante” relajado que cree una atmósfera cálida y agradable. El clima laboral refleja el “tono emocional interno en las empresas” y de los empleados de la organización con respecto a distintos factores: cultura e integración organizacional, satisfacción laboral, motivación, nivel de productividad, etc. 

La gestión de la sonrisa en la empresa puede ser un valioso Recurso Humano, reconfortante y enriquecedor. La diversión y el gozo laboral es un prerrequisito para la creatividad, para el desarrollo innovador y para mantener a la empresa sana y feliz. 

Encuentra todos estos rasgos en si mismo y estarás preparado para ser un buen líder. Si tú tiene algunos pero no todos...bien, entrena los que te faltan y ya estarás preparado. 

¿Cuáles tienes?, ¿cuáles son los que necesitas desarrollar? 

¡ Dirije tu risa y tu buen humor hacia tu empresa y…Ponte en Marcha!

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